Tal como éramos

La España de 2017 ya se parece bastante poco a la de 1977, el año de las primeras elecciones democráticas
Adolfo Suárez, el político preferido de los españoles en 1977
photo_camera Adolfo Suárez, el político preferido de los españoles en 1977

Alfonso Guerra dijo al llegar al Gobierno que a España no la iba a conocer "ni la madre que la parió", y aunque ese cambio comenzó años antes, con la muerte de Franco, lo cierto es que la España de 2017 ya se parece bastante poco a la de 1977, el año de las primeras elecciones democráticas.


Para empezar, los primeros que hemos cambiado somos los españoles. No nos hemos convertido en europeos rubios de ojos azules -la genética manda-, pero sí hemos crecido. En 1977, la altura media de un varón de 20 años era de 170 centímetros raspados, mientras que el español nacido en 1982 alcanza ahora los 177, y subiendo.

También somos más viejos. Aquel año de las primeras elecciones democráticas, nacieron en España 656.357 niños, tres veces más que los 216.496 de todo el año pasado. La tasa de fecundidad era de 2,65 hijos por mujer, cuando ahora es de 1,3 hijos, claramente insuficiente para mantener una pirámide de población adecuada.

Pese a ello, España tiene en 2017 diez millones de habitantes más que en 1977. De 36,9 millones de ciudadanos a 46,4 millones. La población extranjera era entonces testimonial, y ahora representa más del 10 por ciento de la población.

Más jóvenes y bajitos y también preocupados por cosas distintas a las que ahora quitan el sueño a los españoles.

Una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) elaborada a finales de 1977, reflejaba que las principales preocupaciones ciudadanas eran los precios, los sueldos, la sanidad y la enseñanza y la vivienda.

El último barómetro del CIS del pasado mes de mayo arroja un resultado totalmente diferente. El paro es, desde hace años, la principal preocupación, seguida de la corrupción, los problemas de índole económica, y en cuarto lugar los "políticos en general".

Parece claro que la clase política ha pasado de ser la "solución" de los problemas de España en 1977, con la esperanza depositada en la incipiente democracia, a convertirse 40 años después, en el problema "número uno" del país.

Los españoles aprobaban con nota a los principales líderes políticos de la época frente a los suspensos sin paliativos que reciben ahora Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias o Albert Rivera, muy lejos del cinco.

Adolfo Suárez era el preferido de los españoles, con una nota de 6,19 sobre diez, seguido de Felipe González, con 6,1 y Enrique Tierno Galván, con 5,9 puntos. Suspendían Santiago Carrillo, con un 4,4 y Manuel Fraga, con 3,5 puntos sobre diez.

Ese mismo año regresaban a España dos iconos del exilio, Dolores Ibárruri y Rafael Alberti, que en aquellas elecciones constituyentes de junio 1977obtendrían sendos escaños por el PCE.

En aquel entonces, la dura crisis económica -con 100.000 parados más en solo un año- y el terrorismo -que golpeaba con fuerza- era los principales quebraderos de cabeza de los españoles.

Lo de la preocupación por el alza de los precios tenía su explicación, en un país con una tasa de inflación del 26,3 por ciento frente al 1,6 de ahora. Además, los salarios también era proporcionalmente bajos -79 euros el salario mínimo-, como lo era la renta per cápita, de 1.657 euros anuales, frente a los 24.000 del año pasado.

Con ese dinero en el bolsillo, los españoles de 1977 soñaban con una televisión en color coincidiendo con el fin definitivo del blanco y negro en la programación de Televisión Española.

Triunfaban José María Íñigo, el Un, dos, tres, todavía con Kiko Ledgard, Curro Jiménez, Los Hombres de Harrelson y La casa de la Pradera, además del célebre Kunta Kinte.

La televisión seguía en pañales y los hábitos de la audiencia están a años luz. La Primera Cadena empezaba a emitir a las dos de la tarde y cerraba a las once de la noche, en pleno prime time de 2017. La Segunda Cadena -el UHF de los que ya peinan canas- apenas emitía dos horas diarias.

Para los más pudientes, el Citroën CX, sucesor del mítico "tiburón", fue el coche del año, mientras que los utilitarios Renault 12 y Simca 1200, triunfaban en las clases medias. Vehículos que se tenían que contentar con apenas 1.000 kilómetros de autopistas y autovías, frente a los casi 15.000 de ahora.

Como contrapunto dramático, en 1977 fallecieron en accidente de tráfico unas 6.500 personas con un parque de seis millones de turismos. Ahora son 1.160 víctimas mortales con un parque de automóviles que se ha multiplicado por cinco.

También en 1977 se produce el que sigue siendo el peor accidente aéreo de la historia. El siniestro de Los Rodeos, en Tenerife, en el que colisionaron en la propia pista del aeropuerto dos Boeing 747 'Jumbo', de las compañías KLM y Pan American. Perecieron 585 personas en la bola de fuego en la que se convirtieron ambos aviones.

A pesar de aquel mazazo para el turismo, una de las principales industrias nacionales era y sigue siendo la llegada de visitantes a España.

En 1977 el país recibió a 40 millones de visitantes, 75 millones, prácticamente el doble, el año pasado.

Lo que parece que ha cambiado un poco es el fútbol. Aquella Liga de la temporada 76-77 la ganó el Atlético de Madrid con un punto de ventaja sobre el Barcelona. El ahora doce veces laureado en la Copa de Europa, el Real Madrid, quedó ¡noveno! en la Liga, por detrás de equipos mucho más modestos como Las Palmas o el Betis.

Lo nunca visto. Por ahora. 

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