El socialista que se 'coló' entre los diputados de Vox: "Fueron a trolear y les rompimos la jugada"

José Zaragoza cuenta su experiencia como 'infiltrado' en el partido de Abascal

Javier Ortega Smith (de espaldas) y Santiago Abascal, junto al diputado del PSC José Zaragoza. J.J. GUILLÉN (EFE)
photo_camera Javier Ortega Smith (de espaldas) y Santiago Abascal, junto al diputado del PSC José Zaragoza. J.J. GUILLÉN (EFE)

El diputado socialista José Zaragoza se convirtió el martes pasado en protagonista de la sesión constitutiva del Congreso incluso antes de que comenzara. Fue él quien a las ocho de la mañana se sentó entre los nuevos parlamentarios de Vox que se estaban apropiando de la bancada del PSOE porque, como asegura en una entrevista a Efe, fueron a "trolear y les rompimos la jugada".

Difícilmente llegó a pensar el diputado del PSC en la víspera de la constitución del Congreso que compartiría la mañana en el hemiciclo con Santiago Abascal. La realidad hizo que la compartiera con él y con una veintena más de representantes de Vox.

Ni tiempo a desayunar tuvo Zaragoza antes de salir aceleradamente a la Cámara, poco después de las siete y media de la mañana, tras recibir una llamada de un compañero alertando de que Vox había escogido la bancada socialista para estrenarse en la XIII Legislatura, ocupando las filas superiores a las del Gobierno.

Su resistencia le valió la alabanza de hasta el presidente. "Pedro y Carmen Calvo diciéndome que me iban a hacer un monumento", ríe Zaragoza

Es uno de los riesgos de las sesiones constitutivas: como los escaños no están asignados a los nuevos diputados, el que llega se sienta donde pueda o le dejen. 

Zaragoza reconoce en conversación con Efe que es muy madrugador, pero no se esperaba que los de Abascal aparecerían antes de las ocho de la mañana para quedarse con sus asientos. "Vi que había un sitio libre y allí me senté", dice que hizo nada más llegar a la Cámara, poco después de esa hora. 

Pero claro: ese sitio era el escaño que se quedaba entre el líder de Vox y el recién nombrado portavoz del partido, Iván Espinosa de los Monteros. Allí se colocó y ya no se movió en toda la mañana. En toda.

"¿Qué haces aquí?", recuerda que le dijeron los diputados de Vox cuando le vieron. "Sentarme en mi sitio", contestó. No le hizo falta más para cerciorarse de que tendría que atravesar solo la sesión entera, que duró cinco horas.

Evidentemente, tampoco fue a la reunión del grupo parlamentario que a esas horas, sobre las nueve de la mañana, estaba teniendo lugar con la presencia del presidente, Pedro Sánchez

La consigna de Zaragoza estaba clara: no dejar "el fuerte" desprotegido.

"¿Yo, rodeado? Los que estáis rodeados sois vosotros, yo he venido a negociar vuestra rendición"

Sin embargo, la resistencia le valió la alabanza de hasta el presidente. "Pedro y Carmen Calvo diciéndome que me iban a hacer un monumento", ríe Zaragoza.

Dos días después recuerda algunas escenas con humor. Una de las más cómicas surgió cuando Abascal le dijo que "estaba rodeado", a lo que Zaragoza –echando la vista hacia el resto de la cámara– respondió con sorna: "Los que estáis rodeados sois vosotros, yo he venido a negociar vuestra rendición".

Hubo momentos tensos también. La visita del abogado del expresident Carles Puigdemont, Alonso Cuevillas, ahora diputado, o del preso independentista Jordi Turull, le valieron varias miradas incómodas por parte de Abascal, quien llegó a levantarse y a darles la espalda cuando la conversación entre ellos pasó al catalán.

Quizá el más tenso llegó con los acatamientos, pues los pataleos, golpes y demás escenificaciones del presidente de Vox y los suyos, que hicieron inaudibles las fórmulas de los presos catalanes, fueron el verdadero tormento "por las barbaridades que decían".

"Llevábamos cinco horas ya allí", recuerda Zaragoza, quien a pesar del humor con el que relata aquella inusual mañana, denota a estas alturas cierto deje de exasperación al rememorar el momento. "Iba tenso porque estaba con gente que no conozco", reconoce.

El diputado esperó siete horas a que acabara la mañana (las dos anteriores a la sesión y las cinco que duró el pleno), pero también desesperó un poco.

Porque si bien Vox calculó al milímetro su llegada al hemiciclo para conseguir una primera imagen de una jornada histórica, no contó con la perseverancia del diputado socialista.

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