PERFIL

Rajoy, el adiós definitivo del señor de los tiempos

Mariano Rajoy. EFE
photo_camera Mariano Rajoy. EFE

Para alguien a quien se le ha venido atribuyendo como una de sus principales virtudes ser un gran administrador de los tiempos, la forma en la que se han precipitado los acontecimientos desde hace días le tiene que provocar cierta desazón. Mariano Rajoy, un superviviente político que ha logrado salir a flote cuando se han ido sucediendo las ocasiones en las que existía el convencimiento de que se había acabado su tiempo político, siempre ha asegurado que es un "hombre previsible", aunque pocos preveían su adiós definitivo como presidente del PP.

Tras verse apartado la semana pasada de la Presidencia del Gobierno por la primera moción de censura que ha prosperado de las cuatro presentadas durante toda la etapa democrática, lo que este martes se esperaba es que se diera un tiempo antes de tomar esta decisión.

Sí que entraba dentro de los cálculos el anuncio durante la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP que se convocara un congreso extraordinario para la renovación de cargos, pero no su marcha definitiva. "Es lo mejor para el PP, para mí y para España", ha dicho rodeado de sus más estrechos colaboradores en el partido, como María Dolores de Cospedal o Fernando Martínez Maillo.

Al anunciar que dejará la Presidencia de la formación, Rajoy ha añadido que va a convocar una junta directiva nacional para que a su vez convoque un congreso extraordinario que elija a su relevo y que no habrá cambios en la estructura orgánica del PP ni en el grupo parlamentario, porque entiende que eso lo debe hacer ya su sucesor.

Y todo esto ocurre a pesar de que hace unos días en su entorno y en los medios de comunicación se sucedían los comentarios y titulares de que se había asegurado prácticamente agotar la legislatura tras lograr que el Congreso avalara el proyecto de ley de presupuestos para 2018.

Pero esto era justo un día antes de que se conociera la sentencia del caso Gürtel que encendió la mecha de la moción, apoyada finalmente por el PNV, quienes poco antes se erigían como salvadores de Rajoy al apoyar sus presupuestos, que ahora el PP se plantea enmendar para hacer una dura oposición al Gobierno de Pedro Sánchez. Esa "piel de elefante" que vio la canciller alemana Angela Merkel terminaba siendo horadada después de muchos embates que fue superando con el lema: aguantar es ganar.

Resistió cuando perdió los comicios en 2004 tras ser el elegido como sucesor por José María Aznar, aguantó cuando en la siguiente cita electoral tampoco logró su objetivo, y sorteó complicadas situaciones internas como las vividas en torno al Congreso del PP en Valencia en 2008. Y mientras tanto ha visto cómo muchos de quienes le han acompañado en su trayectoria política han ido cayendo por unos u otros motivos, entre ellos los casos de corrupción que se han ido convirtiendo en un lastre para el Partido Popular y en la causa o la excusa, según los puntos de vista, para hacerle caer.

A sus 63 años y con plaza reservada como registrador de la propiedad en Alicante, Rajoy, podrá ahora dedicar algo más de tiempo a su familia, a su mujer y a sus dos hijos, a sus largas caminatas mañaneras cambiando los jardines de la Moncloa por los alrededores de su casa de Aravaca y a disfrutar como espectador de todo tipo de eventos deportivos. Atrás deja una etapa como presidente que ha repetido una y otra vez que no ha sido nada fácil, sobre todo por las medidas que ha tenido que adoptar ante la crisis económica y la situación en Cataluña.

Pasará a la historia como protagonista de un periodo en el que han sido muchas las veces en las que ha ocurrido algo por primera vez, entre ellas la abdicación del Rey, la repetición de elecciones tras ser imposible formar un gobierno o el triunfo de la moción que abre un nuevo capítulo en su biografía.

En el que este martes se cierra, más allá de lo que él pueda interpretar como sus logros políticos, quedarán algunos muy personales como haber dejado de fumar. Pero también sale de Moncloa y deja la presidencia del PP con algún miedo no superado: en sus seis años y medio como presidente del Gobierno ha evitado subirse a un helicóptero tras el accidente que sufrió en uno de estos aparatos en 2005.

Rajoy comienza ahora una nueva vida y, con su marcha, el PP también.

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