Podemos aumenta la presión a Sánchez para entrar en su futuro Gobierno

y así se lo va a reclamar el martes Pablo Iglesias al presidente en funciones

Pablo Iglesias. J.P.GANDÚL
photo_camera Pablo Iglesias. J.P.GANDÚL

Podemos, que ha aparcado hasta el lunes el análisis de su posición tras perder 29 diputados en las elecciones, aumenta la presión para que Pedro Sánchez les abra la puerta del Gobierno, y así se lo va a reclamar el martes Pablo Iglesias al presidente en funciones, con una estrategia que incluye condicionar los futuros pactos autonómicos a ese hipotético Ejecutivo de coalición. 

Antes de verse con Sánchez, Iglesias reunirá el lunes al máximo órgano de dirección del partido, el Consejo Ciudadano estatal, que fijará la postura de Podemos en las negociaciones con Sánchez y hará balance de las elecciones del pasado domingo en las que la formación morado pasó de cuarta a tercera fuerza política y se quedó con 42 diputados. 

Unos resultados que distan mucho de ser un éxito y ante los que la principal autocrítica que ha hecho Iglesias ha sido señalar las crisis internas del partido como una causa fundamental, lo que algunos han interpretado como un reproche al hoy candidato a la Comunidad de Madrid Íñigo Errejón. 

Podemos se aferra ahora a la posibilidad de que su presión al PSOE dé resultados y Sánchez les acabe aceptando como socios de Gobierno, lo que le ayudaría a contrarrestar su caída, por lo que está dispuesto incluso a condicionar a ese escenario los posibles pactos en los ejecutivos autonómicos donde pueda sumar la izquierda, como ya sucede en la Comunitat Valenciana.

Con ese argumento, Iglesias buscará el cierre de filas de su Consejo Ciudadano en torno a su proyecto tras un resultado peor de lo deseado, y del encuentro saldrá una interpelación clara al PSOE para pactar, partiendo de la certeza de que no sólo Pedro Sánchez sino también los barones autonómicos necesitan a Podemos, explican a Efe fuentes del partido.

La reunión del Consejo Ciudadano se convocó un día después de las elecciones, antes de conocerse la fecha de los encuentros que Sánchez mantendrá este lunes con el líder del PP, Pablo Casado, y el martes con el de Ciudadanos, Albert Rivera, y con Pablo Iglesias.

"Esperamos que el PSOE no esté negociando una investidura o un Gobierno con la derecha", ha insistido el líder de la formación morada, donde sin embargo existe la sensación de que la opción preferida por Sánchez es un pacto de izquierdas.

En esta ocasión, Podemos irá a la negociación sin líneas rojas y sin poner sobre la mesa nombres y cargos para un gobierno, si bien la número dos del partido, Irene Montero, sí ha dejado claro que los nombres importan, y ha llegado a mencionar a Yolanda Díaz, Rafa Mayoral o Pablo Echenique como "perfiles de solvencia reconocida" y "capacidad" para llevar a cabo las políticas que son necesarias. 

La opción favorita de Iglesias sería un gobierno inspirado en el valenciano, donde en cada consellería existe representación tanto del PSOE como de Compromís, pero dentro del partido hay quien piensa que podrían aceptar segundos puestos si Sánchez permite que independientes vinculados a Podemos puedan entrar en su ejecutivo. 

El Consejo Ciudadano se convoca en un momento en el que todos los secretarios generales autonómicos están volcados en la organización de su propia campaña, con lo que la cita servirá también para analizar qué mensajes deben proyectarse en el nuevo ciclo electoral. 

A la interna, y pese al resultado electoral, Iglesias no encontrará en esta reunión mucha oposición, porque la sensación entre los líderes regionales es que la candidatura afrontaba la campaña mal y mejoró.

"El liderazgo de Pablo Iglesias no está en duda. En un contexto adverso ha hecho una campaña que ha remontado las expectativas, y tiene toda la confianza", resume en conversación con EFE el líder en Castilla-La Mancha, José García Molina, que cree que en el Consejo Ciudadano sí deben revisarse algunos mensajes que ha lanzado el partido en estas elecciones y reclama más pedagogía.

También Nacho Escartín, líder en Aragón, considera que Iglesias "ha dado aire a una candidatura que partía mal" y que estaba "demasiado pensada hacia adentro".

No se espera, por tanto, mucha discrepancia, más cuando con la fuga de su exnúmero dos, Iñigo Errejón, Pablo Iglesias tiene ahora casi todo el control de la organización y margen para pilotarla, aunque haya perdido casi 1,4 millones de votos en las elecciones del pasado domingo.

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