Patxi López, lehendakari sin Biblia y ante la ley

La Constitución, el Estatuto de Autonomía y una condición política, la de 'no nacionalista', fueron los protagonistas bajo el árbol de Gernika, junto a la Casa de Juntas del municipio.

El socialista Patxi López prometió su cargo este jueves como el cuarto lehendakari del País Vasco, el primero de sus historia que no es nacionalista.

No era lo único nuevo bajo el sol. López fue también pionero en el 'juramento'. Dejó de lado el crucifijo y el ejemplar de la primera traducción de la Biblia al euskara, sobre la que juraron su cargo todos sus antecesores, para prometerlo sobre la Constitución española de 1978 y el Estatuto Vasco de 1979.

Lo único 'viejo', aquí sí como manda la tradición, la 'makila'- bastón- de mando, que recogió de manos de su antecesor en el cargo, Juan José Ibarretxe .

Sin humillación
Entre las modificaciones más 'sonadas', la fórmula protecolaria perdió en sus labios el ''Ante Dios humillado'', y se quedó en  ''Desde el respeto a la ley, en pie sobre la Tierra Vasca y bajo el roble de Bizkaia, ante vosotros, representantes de la Tierra Vasca y en el recuerdo de los antepasados, prometo desempeñar fielmente mi cargo de lehendakari''. . El miércoles, Patxi López lo explicaba en una entrevista en la Cadena Ser: ''no corresponde esa fórmula a mi condición de no creyente''.

Además, Patxi López asumió su cargo en el interior de la Casa de Juntas de Gernika, junto al resto de los miembros del Parlamento vasco elegidos por el pueblo. Asumió este cargo prometiendo cumplirlo ''con lealtad a la Corona, al Estatuto y a las demás leyes vigentes''. Y sólo después lo prometió bajo el Árbol de Gernika; al revés de como se hizo en las otras ocasiones.

''Otro tiempo y otro lugar''

Socialista, no creyente y prometiendo cargo sobre una Constitución española. El cambio se respira ya en Euskadi. Sin embargo, el nuevo lehendakari no quiso adelantar nada de lo que será la que todo el mundo anuncia como una nueva etapa.

El tiempo que las formas le concedían para pronunciar un discurso, quiso dedicarlos a recitar dos poemas. Uno en euskera, 'Maiatzan', de Kirmen Uribe titulado; y otro en castellano, 'Nada es dos veces' de Wislawa Szymboreka.

El motivo en este caso también estaba claro para él: porque ''no es tiempo de discursos que tienen otro tiempo y otro lugar'', aseguró.

Comentarios