Muere una prematura y otra sufre secuelas por un error médico en San Sebastián

Se les suministró un anestésico en lugar del suero alimenticio
Pie de un bebé prematuro. PIXABAY
photo_camera Pie de un bebé prematuro. PIXABAY

Una bebé prematura murió el pasado mes de enero y otra sufre secuelas debido a un error médico registrado en la Unidad de Neonatos del Hospital Universitario Donostia, donde se les suministró un anestésico en lugar del suero alimenticio que les correspondía durante dos días. 

El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha reconocido el cambio de medicamentos en un informe que ha entregado a las familias de las pequeñas Yara, que nació el 21 de noviembre con 800 gamos de peso a las 25 semanas de gestación y que ha logrado sobrevivir pero con secuelas, y de Ane, que nació el 27 de diciembre, con 600 gramos en la semana 24 y que falleció el 8 de enero, ha informado este domingo El Diario Vasco. 

Según relata la publicación, fueron los profesionales del área de Neonatología quienes se dieron cuenta y comunicaron a los padres que se había producido un error farmacológico. 

Las dos pequeñas estaban en la incubadora desde su nacimiento y habían mostrado un cambio de actitud "movida y vital" y un gran decaimiento a partir del 2 de enero, fecha en la que se sospecha que pudo cometerse la equivocación con los fármacos. 

La pequeña Yara, que de momento necesita una sonda permanente de oxígeno aunque se desconoce el alcance de las secuelas que le ha dejado el anestésico, había sido sometida previamente a tres operaciones por diferentes problemas, pero había remontado, mientras Ane había evolucionado bien e incluso empezó a tolerar la lecha materna. 

El 5 de enero los profesionales del hospital de la capital guipuzcoana detectaron que algo había ocurrido y sospecharon que había sido un cambio de medicamentos, ya que el envase del anestésico y el del alimento son muy similares. 

Sin embargo, el abogado de las familias señala en la reclamación que ha presentado a Osakidetza que se trata de un "error injustificable" ya que el anestésico suministrado "tienen un circuito especial para su dispensación y debe ser autorizado por el anestesista". 

Además no está permitido para menores de tres años por lo que el letrado pregunta "qué hacía esa sustancia en una unidad de neonatos". 

Las familias reclaman una indemnización que va de los 150.000 euros para cada uno de los padres de la bebé fallecida, 400.000 para la niña que ha sobrevivido y 60.000 para su madre.