Los populares ganan en Castilla-La Mancha, Castilla-León, Madrid, Aragón, Valencia y Baleares

O PSOE sufrió ayer una derrota histórica en las elecciones autonómicas, con la pérdida del poder en casi todas las comunidades en las que se celebraban elecciones. El PP, claro triunfador, ganó en diez de ellas –ocho por mayoría absoluta–, y le arrebató al PSOE uno de sus feudos tradicionales, Castilla-La Mancha. En otro, como es Extremadura, quedó a un escaño de poder gobernar.

La otra gran sorpresa de la jornada se dio en Asturias, donde el expopular Francisco Alvarez Cascos situó al FAC como la primera fuerza política. La esta novedad se une la irrupción de Bildu en el Parlamento navarro con 7 escaños, la entrada de UPyD en el madrileño y la subida de IU, que se estrena en Extremadura y Castilla León y aumenta su representación en Aragón y Madrid.

Pero el claro triunfador fue el PP, que mejoró los resultados en todas las comunidades que gobernaba –Madrid, Castilla y León, Valencia, Murcia y La Rioja – y ganó en Castilla-La Mancha, Cantabria y Baleares , donde no tendrá problemas en mandar, y en Aragón y Extremadura, cuyo control podría salvar a PSOE en función de los posibles pactos.


Cospedal, Aguirre y Camps

Madrid, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana supusieron tres de las victorias populares más significativas. Esperanza Aguirre perdió votos –el 1,61% menos–, pero ganó 5 escaños y alcanzó los 72. No obstante, Tomás Gómez obtuvo el peor resultado de los socialistas en la comunidad al perder 246.000 sufragios y quedarse con 36 diputados. IU, con 13, y UPyD, con 8, las sorpresas.

Como se preveía, María Dolores de Cospedal pudo con José María Barreda por 25 a 24 y el PP gobernará en Castilla-La Mancha por primera vez en la democracia.

También salió vencedor Francisco Camps, a quien no le pasó factura el caso Gürtel y aumentó un escaño, pese a perder votos. Además, el PP gobernará en Ceuta y Melilla.
En Navarra, UPN sigue cómo fuerza más votada, pero todo queda abierto a futuros pactos.

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