El accidente de Barajas, el más grave ocurrido en 25 años en España, deja el dolor de familiares y amigos y muchos interrogantes sobre como ha ocurrido. Las familias exigen que se esclarezcan las circunstancias del suceso y reclaman respuestas a Spanair.
Los bomberos encontraron este jueves los cuerpos de los dos últimos desaparecidos, un adulto y un bebé. La cifra oficial de fallecidos continúa en 153, puesto que estas dos personas ya habían sido dadas por muertas.
Ya han sido identificados 49 de los fallecidos, a través de las huellas dactilares, método que en total podrá ser aplicado a un total de 61 cuerpos. Para el resto de las víctimas mortales, 92, será necesario practicar pruebas de ADN. Para ello, los cuerpos están siendo trasladados desde el pabellón 6 de Ifema al tanatorio del cementerio de La Almudena, donde pueden ser conservados a temperaturas más bajas.
El equipo de investigación espera realizar los exámenes necesarios en 48 horas aunque temen que podría alargarse un día más.
De los 20 heridos trasladados a hospitales tras el accidente, uno falleció la pasada noche mientras que cuatro están en estado muy grave. Uno de los heridos continúa grave y otros tres estables dentro de la gravedad. Otras dos personas se encuentran en estado grave con evolución favorable, ocho en observación con evolución favorable y uno está calificado con pronóstico leve.
Spanair ha puesto a disposición de los familiares un número de teléfono, el 800 400 200 y ha publicado una lista con el nombre de los pasajeros que iban en el avión.
Avanza la investigación
La investigación sobre las causas del accidente comenzó la propia tarde del miércoles, una vez extinguido el incendio. Policía y científica buscan pistas sobre el terreno, además de esperar los datos que provengan de las cajas negras rescatadas.
El accidente se produjo más o menos a un kilómetro de la Terminal 4, en la Pista 36, la más apartada y conocida como La Isla. El incendio provocado por el avión fue extinguido minutos después de las 17.00. El vuelo salió con una hora y media de retraso, posiblemente por problemas técnicos.
La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez explicó que tras una primera aproximación a la pista de despegue, regresó para subsanar la incidencia. Después de esto, volvió a la pista para iniciar la maniobra, levantó el morro y las dos ruedas delanteras. Sin embargo, ha precisado que aún se está investigando si llegó a levantar las ruedas traseras. "El comandante en el momento en que iba a despegar pìdió una revisión, pero se le autorizó a seguir", ha explicado.
Todo el material en manos de la Comisión
La comisión de investigación tiene ya a su disposición "todo el material probatorio", entre el que figuran las cajas negras del avión siniestrado y unas imágenes del momento del accidente. Así lo ha informado la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, tras una reunión celebrada en el Palacio de La Moncloa. Ha recalcado que la investigación se hará con la máxima transparencia y rigor posibles con el fin de llegar "hasta el final".
La comisión la forman aproximadamente 15 expertos, siete de ellos españoles, mientras que el resto procede de la Agencia Europea de Seguridad Aérea, de la empresa fabricante del avión siniestrado, McDonell Douglas, y del país del que proviene esa misma empresa, Estados Unidos. Todos ellos determinarán, según ha afirmado la vicepresidenta, si "hay alguna irresponsabilidad" o si el vuelo accidentado siguió "todos los procedimientos de control".
Spanair no revisará los aviones
La compañía propietaria del avión siniestrado ha afirmado que no retirará ni revisará los aparatos similares, porque cumplen la normativa. "No existe ninguna razón, tras analizar la documentación de la operación, para tomar esa medida".
Según explicaron, el problema se trataba de un calentamiento excesivo en una toma de aire, que se evaluó y que Mantenimiento aisló, pero no solucionó, quitando el interruptor que le daba energía, y el avión fue despachado para el vuelo.
Los dirigentes de la compañía se defendieron de las críticas vertidas por el Sindicato de pilotos (Sepla) sobre los problemas laborales de la compañía negando que puedan influir en las revisiones de los aviones. "Toda la compañía trabaja unida y que lo primero para la aerolínea es la seguridad", afirmaron.
