Los enfermeros protestan por la falta de apoyo tras la muerte del bebé Ryan

La "falta de apoyo" con la que se han topado los enfermeros tras la muerte del pequeño Ryan, el bebé de siete semanas que falleció en el hospital madrileño Gregorio Marañón al recibir por vía venosa la alimentación que deberían dispensarle mediante una sonda nasogástrica, ha puesto al sindicato SATSE en pie de guerra.

Este jueves, 23 de julio, todos los enfermeros del Estado están llamados a una protesta ante sus centros sanitarios de trabajo a las 12.00 del mediodía, para quejarse por el trato dado a la profesión y "las graves acusaciones vertidas sobre este colectivo", al que el Gregorio Marañón culpó de la muerte del bebé.

Una profesión salpicada por ''unos hechos puntuales''
Según informa SATSE, estas acusaciones contra el colectivo "en ningún caso se corresponden con el enorme esfuerzo y dedicación que día a día desarrolla la enfermería en sus puestos de trabajo".

En la línea, los enfermeros denuncian que unos "hechos puntuales enturbien la profesionalidad" del colectivo y achaca la crítica social a "la escasa sensibilidad y precipitación de algunos responsables sanitarios y la falta de liderazgo de la ministra que no ha defendido a la profesión de las acusaciones que se han extendido sobre toda la enfermería".

El bebé que nació por cesárea cuando su madre, la primera víctima de la gripe A en el Estado español, ya estaba en coma, falleció el pasado 13 de julio. Los médicos intentaron salvar la vida del menor durante 15 horas pero sin éxito.

A las nueve de la noche del domingo una enfermera que no tenía experiencia con bebés prematuros --era su primer día en la UCI de neonatos-- dio de comer al pequeño, pero en lugar de inyectarle la alimentación por la sonda nasogástrica lo hizo por vía intravenosa. El contacto de la leche con la sangre provocó un fallo multiorgánico que el avance de la autopsia confirma como causa de la muerte.

El Gregorio Marañón culpa a la enfermera
Según el gerente del Gregorio Marañón, Antonio Barba, se trató de un "terrorífico error". Los sindicatos mostraron su contrariedad por la rapidez con la que el hospital informó de las causas de la muerte, sin esperar a una investigación.

"Nos cuesta creer el error tan de bulto y tan imposible que se ha producido", afirmó entonces el secretario general del SATSE de Madrid, José María Porras. Unos días después, alrededor de un centenar de enfermeros y auxiliares de enfermería del Hospital Gregorio Marañón de Madrid se han concentrado este viernes ante las puertas del centro para pedir la rectificación y dimisión del director gerente.

El portavoz del Consejo General de Enfermería, que agrupa a los 240.000 enfermeros, apuntó en otra dirección y se preguntó hasta qué punto puede exigirse experiencia de una profesional que acababa de ser destinada a la unidad de neonatos. "Habría tanta responsabilidad y negligencia por parte de la administración como de ella", afirmó Rafael Lletget. Los enfermeros llevan años pidiendo que se desarrollen las especializaciones. Un real decreto de 2004 establece siete especialidades de enfermería, pero aún no se ha desarrollado.

La enfermera, graduada en 2007, trabajó más de un año en el hospital 12 de Octubre, en reanimación y cuidados intensivos. Entró en urgencias de la maternidad del Marañón en diciembre pasado. Llevaba un mes en hospitalización hasta que la destinaron a neonatología para suplir a otra enfermera.

La consejería de Sanidad madrileña asegura que no tenía pacientes asignados, pero cuando una urgencia precisó del resto de personal, ella se ofreció para alimentar al bebé. A día de hoy, es la única profesional suspendida por los hechos.

Comentarios