Al Gore, en Madrid: "No podemos convertir nuestro cielo en una alcantarilla"

"Me niego a creer que nuestro destino sea autodestruirnos", dijo el exvicepresidente estadounidense y Premio Nobel de la Paz 
Al Gore durante la conferencia en la COP25. EFE
photo_camera Al Gore durante la conferencia en la COP25. EFE

Muy pocos le creían hace años cuando alertaba del impacto de la crisis climática que es ya una evidencia científica: el exvicepresidente estadounidense y Premio Nobel de la Paz, Al Gore, animó este martes en Madrid a combatir juntos contra "el mayor reto de la humanidad" en referencia al calentamiento global. 

"No podemos convertir el cielo en una alcantarilla" a causa de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, afirmó el exvicepresidente estadounidense, uno de los precursores políticos en la concienciación del impacto del calentamiento global hace ya décadas.

Al Gore hizo estas declaraciones fuera del recinto de la cumbre climática o COP25 en Madrid, durante la jornada "Resolvamos la crisis climática juntos", con medio millar de asistentes, organizada por The Climate Reality Project, un proyecto de voluntarios para concienciar en la lucha contra la crisis climática.

"Mi esperanza son los jóvenes, con sus manifestaciones y movilizaciones, y también los líderes empresariales"

Durante la conferencia, la primera de Al Gore en España desde hace diez años, este activista ambiental que fue galardonado por ello en 2007 con el Premio Nobel de la Paz denunció el componente de "racismo ambiental" del cambio climático que castiga más a los colectivos más vulnerables. Pese a sus graves efectos, que ya se están viendo en todo el mundo, con fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, Al Gore dijo que tiene "esperanza" en la humanidad y en su capacidad para actuar a tiempo frente a este problema global.

"Mi esperanza son los jóvenes, con sus manifestaciones y movilizaciones, y también los líderes empresariales, y muchos inversores que están afrontando este reto tomando medidas más serias muchas veces que los propios políticos". Y también, dijo, confía en las tecnologías, en la revolución digital, y en las energías renovables y en los voluntarios que de forma altruista plantan árboles y ayudan a concienciar de la necesidad de tomar medidas.

"Me niego a creer que nuestro destino sea autodestruirnos. Creo que tenemos límites derivados de nuestro desarrollo anterior. Somos vulnerables al pensamiento a corto plazo, a nuestras limitaciones, pero también somos capaces de levantarnos por encima de esos limites". "Estoy seguro de que como seres humanos estaremos a la altura para levantarnos. No tengo ninguna duda", añadió.

El problema de la emergencia climática no es solo ambiental, con unos efectos dramáticos sobre la biodiversidad y la vida en general, sino también de seguridad nacional, por la escasez de agua, los tornados, los huracanes, las olas de calor, las lluvias torrenciales.  El calentamiento global dispara las enfermedades y la falta de alimento y obliga a poblaciones enteras a dejar sus ciudades y refugiarse en otras más habitables, recordó Al Gore.

Pese a ello, es optimista, porque existen capacidades y tecnología para hacer frente a todo esto. "Los jóvenes nos exigen un cambio", dijo; la activista sueca Greta Thunberg es "un ejemplo excelente" de la lucha climática de la juventud, pero hay muchos más con "la autoridad moral" para "exigirnos medidas urgentes", porque "son ellos los que tendrán que vivir con lo que nosotros hemos hecho mal durante mucho tiempo".

Y tienen razón con lo que piden; "es verdad, tienen razón", insistió en voz muy alta y especialmente conmovido ante un público que lo ovacionó con multitud de aplausos. Para terminar, se refirió al cuento del emperador que presumía de su nuevo traje pero estaba desnudo; un día un joven le dijo la verdad; pues bien, "eso nos pasa ahora; nos dicen que no tenemos compromisos serios, que vamos como sonámbulos hacia la catástrofe". Se están consiguiendo avances, pero "no hemos superado la crisis y eso que tenemos las soluciones".

La pregunta ahora es si terminaremos implementándolas o si por el contrario terminaremos aceptando la extinción, en lugar de actuar ya como es necesario, para garantizar un futuro a nuestros hijos.

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