"Yo sí". Él sí es de fiar, repitió un par de veces Alberto Núñez Feijóo para defender una investidura frustrada de antemano salvo sorpresa mayúscula, que ha reconvertido en una especie de moción de censura a Pedro Sánchez, dando un giro que los suyos aplaudieron con ganas.
Un discurso que hasta algunos diputados de la bancada de la izquierda han considerado bien armado, aunque no lo vieran nada creíble, pero que en el PP ha entusiasmado sin poner medio pero.
"Me ha encantado", resumió Isabel Díaz Ayuso, una de las dirigentes populares que ha seguido con atención las palabras de Feijóo desde la tribuna, donde se ha estrenado como orador después de un año como senador autonómico.
Feijóo, cuyo discurso inicial ha leído íntegramente, entró directo a atacar a Sánchez por la eventual ley de amnistía que preparan el PSOE y Sumar para amarrarse los votos de ERC y sobre todo de Junts, y prometió como primera medida de choque un nuevo delito de deslealtad institucional tras derogarse el de sedición.
El presidente del PP, que ha empezado con toda la artillería espoleado por la convocatoria del domingo en la plaza de Felipe II de Madrid, saludó antes de arrancar a su mujer, Eva Cárdenas, que se sentó en la tribuna de invitados junto a los barones y presidentes autonómicos populares.
Y si Feijóo empezó su discurso con la amnistía, también con la amnistía puso el broche final a una primera intervención de casi dos horas, comentarios que no han caído muy bien en los escaños socialistas y especialmente en los del Gobierno, como así reflejaban sus caras.
La mayor parte del tiempo optaron por mostrarse hieráticos, pero a veces se les escaparon gestos de desagrado, por ejemplo cuando Feijóo ironizó al preguntarse "para qué" se van a movilizar los independentistas en Cataluña "si hasta —vicepresidenta mediante— van a buscarles a su casa, por lejos que esté, a rendirle honores".
Entre medias, el por ahora líder de la oposición, dedicó una parte a desarrollar su programa de gobierno y ofreció seis pactos de Estado para armar su investidura, a la que le faltan cuatro votos que se hacen imposibles de conseguir.
Fue el primer pleno de investidura en el que se pueden utilizar las lenguas cooficiales, pero Feijóo no hizo ni la más mínima concesión a esta prerrogativa aprobada la semana pasada y que el PP rechazó. Feijóo justificó su negativa al afirmar que no cree ser más gallego, vasco o catalán por ponerse un pinganillo "o ver las cámaras de karaoke".
Por lo que respecta al discurso en concreto, Feijóo presentó su "alternativa" basada en seis pactos de Estado para "reponer la concordia, la igualdad y la ambición colectiva» que, a su juicio, ha perdido España. Frente a la amnistía y la hoja de ruta que busca "imponer la minoría", defendió un Pacto Territorial y un plan de regeneración democrática y apeló a Junts y PNV subrayando que él es un "presidente de fiar".
"España nunca debió llegar a este punto de decadencia moral en la política. Pero persistir en ella, con una versión agravada de lo ya visto en los últimos años, sería un error histórico del que yo no voy a participar", proclamó.
Como lleva repitiendo en sus últimos discursos, Feijóo afirmó que él no va a renunciar a la igualdad de los españoles ni va a pasar "por ningún aro que me impongan en contra del interés general" para ser presidente.
De hecho, resaltó que puede tener los votos para ser presidente del Gobierno, unas palabras que provocaron risas en los escaños de otros grupos, entre ellos los socialistas. Ante el revuelo, se ha reafirmado en sus palabras: "Reitero porque creo que hay una bancada que no me ha oído con perfección. Tengo a mi alcance los votos para ser presidente del Gobierno, pero no acepto pagar el precio que me piden para hacerlo", aseveró.
A lo largo de su intervención repitió en varias ocasiones que él no está dispuesto a pagar el precio que exigen los independentistas, dado que aceptar una ley de amnistía es una "aberración jurídica y moral" y un "ataque directo a los valores democráticos esenciales" del país que no avalan la mayoría de los ciudadanos.
Feijóo, que ha recordado que los independentistas ya han anunciado que lo volverán a hacer, apostó por "reforzar los instrumentos para proteger la dignidad del Estado". Por eso, anuncia la incorporación al Código Penal "un delito de deslealtad constitucional" como ocurre en la mayoría de los países del entorno e incrementar las penas por malversación de fondos públicos.