Escrivá quiere regularizar migrantes para atajar el déficit de mano de obra

El Gobierno prepara una reforma normativa que permitiría a los estudiantes foráneos trabajar
Escrivá, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. FERNANDO ALVARADO (EFE)
photo_camera Escrivá. FERNANDO ALVARADO (EFE)

Allanar la regularización de inmigrantes sin papeles para atajar el déficit de mano de obra en sectores como la hostelería, la construcción o el transporte. Es el objetivo con el que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha puesto en marcha una reforma del reglamento de la Ley de Extranjería para flexibilizar los requisitos que se exigen en la actualidad para conseguir los papeles de residencia y trabajo y cubrir con migrantes vacantes en aquellas ramas donde hay una escasez de trabajadores.

El borrador del real decreto diseñado por el departamento que dirige José Luis Escrivá propone mejorar la contratación en origen, facilitar la regularización por arraigo a quienes ya están en el país, permitir trabajar a los estudiantes extranjeros y simplificar las exigencias para trabajar por cuenta propia. Entre las propuestas más novedosas está el "arraigo por formación", que abriría la vía para que las personas que se encuentren en España en situación irregular y asuman un compromiso de formación puedan obtener el permiso de residencia una vez acreditada la formación.

Migraciones calcula que 50.000 estudiantes no comunitarios podrían incorporarse al mercado laboral

El marco que se pretende reformar exige, en el caso del arraigo laboral, que el extranjero haya permanecido en el país dos años y haya trabajado de manera regular o irregular durante seis meses.

Respecto al arraigo social, se debe acreditar un periodo de permanencia en España de tres años y tener vínculos familiares o aportar un informe que demuestre la inserción en la sociedad, pero también un contrato con una duración mínima de un año.

El nuevo marco que se diseña propone conceder autorizaciones de trabajo a personas reagrupadas y abre la vía para conseguir los papeles a quien acredite ante los servicios de inspección que ha trabajado de forma irregular al menos seis meses en el último año.

Respecto a los estudiantes extranjeros, plantea que puedan simultanear los estudios con un trabajo (con un máximo de 30 horas semanales), algo que ahora tienen prohibido salvo excepciones. Migraciones calcula que 50.000 estudiantes no comunitarios podrían incorporarse al mercado laboral.

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