Escal renuncia a la concesión de la explotación Castor

Escal, participada por el Grupo ACS en un 66,67 %, ha anunciado su decisión de renunciar a la concesión de explotación del almacenamiento subterráneo de gas natural Castor, cuyo futuro está a la espera de que el Ministerio de Industria analice los informes presentados tras los seísmos registrados, posiblmente inducidos por la actividad en la planta.

Para ello, Escal ha iniciado el proceso a fin de obtener la autorización previa por parte del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y, eventualmente, de la asamblea de titulares de los bonos, según ha indicado ACS a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

En julio del pasado año la compañía emitió 1.400 millones de euros en bonos para financiar el almacenamiento de gas frente a las costas castellonenese.

Entonces, ACS, entendía que la concesionaria del proyecto Escal UGS tiene derecho a devolver la concesión en cualquier momento, durante los 25 años, a contar desde su otorgamiento, "con derecho al cobro del valor neto contable de la misma salvo en caso de que se acreditara dolo o negligencia, en cuyo caso el derecho será al cobro del valor residual, señala en su informe financiero anual".

Inicialmente, el almacén estaba presupuestado en cerca de 700 millones. Sin embargo, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, señaló que el coste total se sitúa alrededor de los 1.700 millones, algo que representa un valor por encima del doble de lo previsto.

Escal tenía reconocida una retribución por desarrollar esta actividad de 1.273 millones, a lo que se añaden hasta 186 millones por la inyección de gas colchón y hasta 234 millones por los costes financieros soportados hasta su entrada en funcionamiento.

Recientemente, el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, aseguró que la recopilación de la información necesaria para garantizar la seguridad del almacén subterráneo de gas Castor "llevará años" y añadió que el objetivo es determinar "qué va a pasar" si se vuelve a poner en marcha el almacén, cuya actividad se suspendió en septiembre del pasado año, tras los seísmos registrados.

Los informes conocidos hasta ahora relacionan la inyección de gas en el almacén, ubicado frente a las costas de Castellón, con los seísmos, pero no determinan qué pasará si este vuelve a funcionar, una cuestión que se remite a expertos independientes.

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