Silva consigue aplazar el juicio hasta que una sala especial resuelva la recusación contra el tribunal

El juez Elpidio José Silva ha logrado aplazar su juicio por prevaricación en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) hasta que se resuelva el incidente de recusación presentado contra dos de los magistrados que le juzgan, que le han recriminado que haya "jugado a la suspensión" del mismo.

Ha sido finalmente en la cuarta sesión de la vista cuando el acusado ha forzado a los tres componentes de la Sala a suspenderla hasta que la Sala del 77 del TSJM resuelva sobre este incidente interpuesto hoy por escrito contra el presidente del tribunal, Arturo Beltrán, y la magistrada María Tardón.

Ayer, el juez recusó in voce a Tardón por haber formado parte de la Asamblea General de Caja Madrid bajo la presidencia de Blesa, pero la magistrada rechazó abstenerse y explicó que ese cargo lo ostentó como es "público y notorio" hasta que entró en la carrera judicial en abril de 2005, por lo que no tuvo conocimiento de los hechos por los que Silva investigaba a Blesa, que datan de 2008.

Hoy lo ha hecho por escrito y ha pedido también apartar a Beltrán por su "falta de imparcialidad" al no aceptar la renuncia de su abogado, Cándido Conde-Pumpido Varela, y por haber permitido que la magistrada continuara en el tribunal pese a que formó parte de la Asamblea General de Caja Madrid bajo la presidencia de Miguel Blesa.

Además, Silva pretende que Beltrán se aparte porque integró el tribunal inicial que iba a juzgarle, que cambió su composición después de que dos de los magistrados aceptaran la recusación que entonces planteó el acusado por haber participado en la instrucción de este procedimiento.

El magistrado también ha anunciado que ha presentado una demanda civil contra ambos en los Juzgados de Primera Instancia ante la "flagrante y continuada violación" de sus derechos fundamentales, y les reclama 10 euros de indemnización.

Beltrán ha optado por dar traslado del escrito de Silva a la Sala especial de recusaciones del TSJM, compuesta por los presidentes de lo Civil y Penal, de lo Contencioso y de lo Social junto con el magistrado más antiguo y el más moderno, al no poder "autorrecusarse". Sin embargo, el presidente de la Sala de lo Civil y Penal y del TSJM, Francisco Javier Vieira, fue uno de los dos magistrados recusados anteriormente, por lo que no integrará la sala.

En declaraciones a La Sexta, Beltrán ha dicho que "es evidente que ha ganado tiempo", ante la pregunta que en este sentido le han formulado los periodistas y ha añadido que no va "a estar haciendo ejercicios de imaginación sobre hipótesis de futuro" respecto a las posibilidades de éxito de la recusación. "Habrá que tramitar el incidente y que decida la Sala, que no soy yo", ha subrayado el magistrado, que ha insistido en que "cualquier comentario" que haga" sobre "los incidentes del juicio puede tener un aire de prejuicio de a favor o en contra", por lo que ese no era el escenario "para decir nada".

Durante la sesión, Silva y su abogado han retomado la estrategia seguida en los últimos días para volver a insistir al tribunal para que aceptara la renuncia del letrado ante la "evidente falta de confianza" del que ha seguido denominando como su cliente.

Pero Beltrán ha mantenido firme la postura del tribunal para tumbar de nuevo esta renuncia porque la actuación del letrado y del acusado "no se puede medir exclusivamente por las palabras, sino por actos concluyentes" que demuestran que "se ha jugado a la suspension del juicio" desde el principio.

Silva lograba esta suspensión el mismo día en que el Tribunal Supremo ha rechazado la querella que interpuso por prevaricación y retardo malicioso contra el instructor de este procedimiento, Jesús Gavilán, porque no relataba "hecho alguno que revista caracteres de delito".

A su salida del juicio, ha afirmado que "lo que ha habido aquí es una determinada situación que queda por definir y no se le puede llamar juicio".

También ha aclarado que cuando ayer le dijo a su letrado "esto es lo que yo quería" cuando fue expulsada y multada una preferentista por alterar el orden -y que el tribunal le ha retirado-, pretendió que "se viera" qué tipo de jueces le están juzgando, cuya actitud "bordea la prevaricación".

RECHAZADA LA DEMANDA DE LOS 'MAILS'
Por su parte, el Tribunal Supremo ha rechazado la querella que el juez Elpidio Silva presentó contra el juez que le investigó en el TSJM, Jesús Gavilán, a quien acusaba de prevaricación y retardo malicioso al no permitirle el acceso a ciertos correos electrónicos de Blesa.

Esta es una querella que llegó al Supremo acompañada de 180.186 firmas de apoyo, obtenidas a través de una campaña desarrollada en internet y acusaba también al juez que le sentó en el banquillo de negación sistemática de su derecho a la defensa.

En su resolución de hoy el Supremo responde a Silva que lo que hizo el juez instructor, denegarle el acceso a determinados documentos, fue "preservar el derecho fundamental a la intimidad y al secreto de las comunicaciones" del expresidente de Caja Madrid.

Los correos afectaban "a la esfera íntima y de amistad o estrictamente profesional con terceras personas" de Blesa, explica el Supremo, que añade que el instructor hizo una ponderación de los derechos en juego que no constituye prevaricación, por más que Silva no la considere adecuada.

Además, Silva acusó al juez instructor del caso de actuar con "celeridad maliciosa". En este punto el Supremo responde que "no existe, como dicha parte reconoce en su querella, un delito de celeridad maliciosa en la Administración de Justicia".

LOS DISTURBIOS, SIN MULTA
Por último, hoy conocimos que el tribunal que juzga a Silva ha retirado la multa de 100 euros que ayer impuso a una preferentista por alterar el orden de la sala.

El presidente de la sala, Arturo Beltrán, apercibió, tras advertir reiteradamente de que iba a hacerlo al público asistente si interrumpían la sesión, con expulsión y multa a la mujer, que gritó "más han sufrido los demás" cuando el exbanquero estaba lamentando que había "sufrido mucho" en su "vida personal y profesional" por la actuación de Silva.

La mujer, Librada Escobar, ha declarado al término de la sesión de hoy que no pudo reprimir su reacción porque las palabras de Blesa estaban "ofendiendo" a todos los preferentistas y ha mostrado su alegría por la decisión del tribunal, ya que no habría podido afrontar esa multa.

Tras su expulsión, que provocó que el resto de afectados por las preferentes abandonaran la sala en señal de protesta, el acusado se dirigió a su letrado, Cándido Conde-Pumpido, para decirle "Esto es lo que yo quería", según pudo captar uno de los micrófonos de la sala.

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