El PSC renuncia a un posible referéndum 'a la canadiense' en Cataluña

Además, apuesta por un futuro pacto electoral con el partido de izquierdas que prepara Ada Colau y prevé que su militancia avale mantener la relación actual con el PSOE
El primer secretario del PSC, Miquel Iceta
photo_camera El primer secretario del PSC, Miquel Iceta

El PSC ha reformulado la ponencia política que debatirá en congreso del 4 al 6 de noviembre con dos novedades destacables: elimina del redactado la alusión a la 'vía canadiense' y apuesta por una alianza electoral futura con el partido de izquierdas que prepara Ada Colau.

Fuentes socialistas han explicado que con la nueva redacción de la que debe ser la hoja de ruta del partido para los próximos años se ha integrado el espíritu del "90 por ciento" de enmiendas que varias agrupaciones y militantes habían presentado al texto original.

En el primer borrador de ponencia se defendía la reforma constitucional, pero se añadía que, en caso de que los catalanes la rechazaran, se debían plantear instrumentos democráticos alternativos como, "por ejemplo, una ley de claridad como la canadiense".

Este párrafo —el número 36 del texto original— originó un fuerte revuelo ya que se interpretó como que, en caso de que fracasara la reforma constitucional, el PSC avalaría un referéndum de independencia como el que se celebró en Canadá sobre Quebec.

En el nuevo redactado no aparecen alusiones a Canadá y se concluye que "en cualquier circunstancia, el PSC defenderá un planteamiento federal y democrático buscando un acuerdo que la ciudadanía pueda ratificar en un referéndum".

Las mismas fuentes afirman que "era contradictorio y generaba confusión" defender la reforma constitucional y a su vez la 'vía canadiense', por lo que el texto reformulado se centra exclusivamente en la reforma de la Carta Magna.

Además, se busca reforzar la apuesta por la reforma constitucional incluyendo que en un Estado federal las comunidades podrían denominarse Estados, y el nuevo Estatut podría ser considerado como "Constitución el ente federado" —constitución de Catalunya—.

"Proponíamos una cosa que no se entendía", argumentan sobre el redactado inicial, y explican que no contemplan un plan 'b' a la reforma constitucional porque, si esta no fuera avalada por la ciudadanía, el sistema entraría en crisis.

"ALIANZA CATALANA DE PROGRESO". El redactado actual de la ponencia defiende que el PSC buscará la "más estrecha colaboración posible entre las fuerzas de izquierdas", lo que pasa por una alianza con la confluencia de izquierdas que busca impulsar Colau, aunque el PSC excluye a ERC y la CUP por ser independentistas.

El texto se mantiene como en la propuesta inicial, pero las mismas fuentes explican que el significado de este párrafo implica buscar una alianza electoral del PSC con el partido de la alcaldesa, ya que "ir unidos" en la lista es la única manera de que la izquierda gane unas elecciones al Parlament.

El partido de Colau esta en fase de creación, en él participan BComú, ICV, EUiA, Podemos y Equo, y el PSC lanzará esta oferta cuando se cumplan dos supuestos: que el congreso socialista la avale, y cuando la confluencia de izquierdas de la alcaldesa vea la luz.

GUIÑO AL PSOE. La ponencia incluye una referencia a cuál debe ser la relación entre el PSC y el PSOE tras las últimas semanas de tensiones: "El PSC, ahora más que nunca, tiene que volver a ser el partido con personalidad jurídica propia y soberano".

Según el PSC esto es un "guiño" al PSOE porque implica mantener el protocolo de unidad que hay actualmente por el que el PSC es un partido independiente del PSOE pero hermano; así, los socialistas catalanes quieren que romper la disciplina de voto en el Congreso no tenga consecuencias.

Los militantes que acudan al congreso de noviembre podría plantear reformular las relaciones con el PSOE a través de una modificación de los Estatutos, pero requerirían de un apoyo muy amplio y las mismas fuentes vaticinan: "Esto no pasará".

El PSC entiende que ni él ni el PSOE pueden romper de forma unilateral su actual relación y, si algunos de los dos lo quisiera, se debería convocar primero una comisión "bilateral" y luego cualquier decisión debería ser ratificada por sus respectivos congresos.

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