El príncipe Felipe sufre otra 'desaceleración' aérea

El Príncipe de Asturias ha revivido hoy en Santo Domingo, aunque con consecuencias más leves, la experiencia de ver cómo peligraba un viaje oficial por una avería en el avión que le trasladaba a Honduras, el mismo que le dejó en tierra hace dos meses sin poder llevar a cabo su visita a Brasil.

"Nunca me había pasado; y ya tengo unos añitos", comentó don Felipe, sonriente aunque sin ocultar su pesar, el pasado 25 de septiembre en la base aérea madrileña de Torrejón, tras verse obligado a cancelar su visita a Sao Paulo por una avería en un sensor que, al causar un cortocircuito, impedía el normal funcionamiento de un alerón o "flap" del ala izquierda.

En esta ocasión, su viaje a Honduras no se ha llegado a cancelar y únicamente se ha visto retrasado varias horas, también por culpa de un fallo en los circuitos eléctricos, que ha mantenido a la aeronave de la Fuerza Aérea española, un Airbus A-310, varada en las pistas del aeropuerto dominicano de Las Américas.

El avión había despegado de la base de Torrejón de Ardoz en torno a las 00:30 horas GMT y había aterrizado en el aeropuerto de Santo Domingo en una escala técnica para reponer combustible, pero unos 20 minutos después de su salida de la capital dominicana, en la cabina de mando se encendió un indicador relacionado con el nivel de aceite de uno de los motores y el piloto decidió regresar.

Al igual que hace dos meses, don Felipe permaneció dentro del avión todo el tiempo que duró la revisión de la aeronave, en torno a una hora, un proceso en el que los técnicos comprobaron que no había ningún problema con el aceite de los motores y que el indicador se había iluminado por un error del circuito eléctrico.

Tras la revisión, toda la delegación oficial española abandonó el avión para que la tripulación realizara un vuelo de prueba y, al descender de la aeronave, don Felipe saludó a los técnicos y se interesó por conocer pormenores de su trabajo.

Durante este vuelo de prueba para confirmar que todo funcionaba correctamente, el Príncipe permaneció en una sala del aeropuerto junto al resto de la delegación, de la que formaba parte el secretario de Estado de Cooperación Internacional, Jesús Gracia, que vivió una experiencia similar en noviembre en Torrejón mientras los técnicos intentaban reparar ese mismo avión para que volara a Brasil.

A diferencia de lo ocurrido entonces, cuando después de siete horas de trabajo de los técnicos hubo que suspender la visita a Sao Paulo, hoy el avión ha permanecido cerca de seis horas en la República Dominicana -incluido el tiempo del vuelo de prueba-, pero, finalmente, la aeronave ha despegado hacia el destino previsto.

Ya no hay tiempo para celebrar en las horas programadas la recepción que don Felipe iba a ofrecer en Tegucigalpa a una cincuentena de españoles residentes en Honduras, ni su almuerzo con figuras destacadas y emergentes de la sociedad hondureña, pero sí podrá asistir mañana a la toma de posesión del nuevo presidente, Juan Orlando Hernández, el acto central de la visita.

Fuentes de Defensa han explicado hoy que este ministerio, el Ejército del Aire y EADS abrirán una investigación para aclarar por qué en los últimos dos meses ha sufrido dos averías de este tipo la misma aeronave, uno de los dos Airbus A-310 que la Fuerza Aérea española utiliza para el transporte de autoridades.

Hasta marzo de 2013, Iberia se encargaba del mantenimiento de esos aviones y, desde entonces, es la compañía aeronáutica europea EADS la responsable de este trabajo, según han indicado las mismas fuentes, que han precisado en todo caso que la investigación de lo ocurrido no tiene nada de extraordinario y es una simple "cuestión de procedimiento".

La Fuerza Aérea española dispone de una unidad especializada en desplazamientos de autoridades -fundamentalmente, miembros del Gobierno y de la Familia Real-, el llamado "45 Grupo", que opera desde la base de Torrejón y cuenta actualmente con estos dos A-310 y cinco aviones Falcon 900, más pequeños y con menos autonomía de vuelo.

Los dos Airbus A-310, un modelo cuya antigüedad ronda los 30 años, entraron en servicio en España en 2003 para sustituir a sendos Boeing 707 y disponen de una autonomía de 9.600 kilómetros y 12 horas de vuelo.

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