El martes y trece de Costa

El secretario general del Partido Popular de la Comunitat Valenciana (PPCV), Ricardo Costa, ha vivido su particular 'martes negro', después de varios meses en los que ha asegurado que la dirección del partido tenía plena confianza en él, aunque ahora parece ser el elegido como el damnificado del 'caso Gürtel'.

Desde que el pasado marzo se conociera la imputación de Costa -además de la del presidente de la Generalitat, Francisco Camps- por haber recibido supuestamente el regalo de varios trajes de la trama, ha respondido en numerosas ocasiones a preguntas de la prensa sobre el apoyo del partido o sobre si le habían pedido la dimisión.

El número dos de los populares valencianos ha asegurado siempre que contaba con el apoyo de la dirección nacional, e incluso llegó a reivindicar que a los dirigentes de este partido no hace falta que les digan ''cuándo hay que dimitir'', ya que abandonan sus responsabilidades cuando se demuestra alguna irregularidad.

Costa ha sido además, desde que en febrero se conociera la investigación de la Audiencia Nacional sobre la supuesta trama de corrupción, el que ha salido casi a diario a la palestra a defender la actuación de los populares valencianos y de su presidente, y ha comparecido numerosas veces ante la prensa mientras Camps la rehuía.

El que puso la cara
Como secretario general del PPCV y como portavoz del grupo popular en Les Corts Valencianes, ha reivindicado a diario que las acusaciones eran ''falsas e infundadas'', que la actuación del partido ha sido en todo momento correcta, y que todo era una conspiración para desgastar el empuje electoral de los populares en Valencia.

Conforme se iba filtrando el contenido el informe policial sobre el caso Gürtel, era Costa el que daba a conocer las encuestas electorales que consolidaban el empuje electoral del PPCV, el que denunciaba ''persecuciones políticas'' y el que insistía en que nadie le había cuestionado, algo que en todo caso, dijo hace unos días, sólo podía hacer Camps.

Sin embargo, esa ''plena confianza'' de la dirección nacional empezó a quebrarse conforme se conocía el informe que apuntaba a una supuesta financiación ilegal del PPCV, en el que Costa protagoniza unas conversaciones con el director de la empresa Orange Market, Álvaro Pérez, que el propio Costa ha admitido que le avergüenzan.

Finalmente, el pasado viernes se anunció su destitución por adelantado, para algunos como 'cabeza de turco' de esta situación, con fecha de caducidad para este martes.

No dimite
Costa intentó coger fuerzas el fin de semana recorriendo el Camino de Santiago, pero tuvo que regresar con anticipación para afrontar su particular martes y trece con una multitudinaria comparecencia ante la prensa, donde se ha negado a dimitir porque no ha cometido ninguna irregularidad y ha reivindicado que siempre ha actuado con lealtad a Camps y a Rajoy.

La jornada de este martes supone una inflexión en la carrera ascendente de este castellonense que cuenta en su haber con veinte años de militancia en el PPCV, donde ha sido -de la mano de Camps- vicesecretario general y secretario, en una etapa en la que los populares han conseguido los mejores resultados de su historia.

El Comité Ejecutivo regional tiene esta tarde en sus manos la decisión de si ''la fiesta continúa'', como ha indicado Costa en contraposición a un Esteban González Pons (vicesecretario de Comunicación del PP) que la dio por finalizada el pasado viernes, o si acuerda el ''cese temporal'' de la mano derecha de Camps. La cita, a las seis de la tarde.

Comentarios