El escultor gallego que pintó la tumba de Franco: "Es un dictador, está justificado"

Tenreiro alega que usó pintura lavable en la lápida para no causar daños y que se trató de una 'performance' por la reconciliación de los españoles
 
La pintada en la tumba de Franco. AEP
photo_camera La pintada en la tumba de Franco. AEP

El escultor Enrique Tenreiro ha defendido que cuando pintó la tumba de Francisco Franco en 2018 lo hizo en una creación artística "por la reconciliación y por la libertad" de los españoles, utilizando pintura lavable para no causar daños y en apenas diez segundos porque vio que empezaba una misa y no quería interrumpirla.

La Sección Primera de la Audiencia Provincia de Madrid juzga este viernes a Tenreiro, a quien la Fiscalía acusa de un delito contra la libertad de conciencia por la pintada que hizo el 31 de octubre de 2018 sobre la tumba de Francisco Franco en la basílica del Valle de los Caídos, por lo que pide para él un año de cárcel y que indemnice a Patrimonio Nacional con 833 euros.

La acusación particular ejercida por la asociación en defensa del Valle de los Caídos solicita dos años y medio de prisión para el procesado.

Antes de su declaración en el juicio, el artista ha defendido su acción de protesta de aquel día. Ha asegurado que no interrumpió un acto religioso, porque no había empezado, y que para él no es una profanación pintar en la tumba de un dictador que está en un mausoleo pagado por todos los españoles, lo que considera "ridículo y fuera de lugar en democracia", por lo que ha asegurado que si tiene que ir a la cárcel, irá, porque "estaba justificado".

"¿Es lícito tener enterrado a un dictador que quitó la libertad a varias generaciones y que contribuyó a causa una guerra? Me parecía que esa tumba estaba fuera de lugar", argumentó. En esta línea, ha subrayado que no lo hubiera hecho en "una lápida cualquiera" pero sí en la de Franco porque estaba justificado. Así, ha incidido en que Franco es el único dictador que está enterrado en un lugar público, dado que los restos de los dictadores Mussolini y Hitler están en espacios privados.

El artista ha confirmado que aquel día llegó al Valle del Caídos sobre las diez de la mañana, paseó y llegó a la tumba del dictador, en la que había un hombre corpulento con la mano alzada; cuando este se fue ejerció su acción: pintar una paloma con pintura roja y escribir la frase "por la libertad", en una performance que grabó, para su difusión posterior, su amigo y fotógrafo Pedro Armestre. 

Ha precisado que quería añadir "por la reconciliación" pero no le dio tiempo porque se dio cuenta de que salían unos sacerdotes para oficiar misa, por lo que "aceleró al máximo" porque él "jamás interrumpirá la misa" pues ha asistido a colegios religiosos toda su vida y tiene respeto a los curas y a la iglesia.

Ha incidido en que si quisiera haber interrumpido el culto habría hecho su "creación artística" en mitad del mismo, y en que pensó que "tenía que hacerlo ya, o no lo haría" porque vio que iba a empezar una misa.

Ha hecho hincapié en que cogió una pintura "los más limpiable posible", preguntando en la tienda que se limpiase solo con agua "porque no quería hacer daño a la lápida", y que escondió dentro de una botella de plástico para que no la detectasen.

Tenreiro ha asegurado que pensó la acción unos días antes y que con la misma, al igual que con otras anteriores, pretendía remover conciencias y denunciar que un dictador tenga un "mausoleo" en un lugar público destinado a los fallecidos en los dos bandos de una guerra, en la que ese dictador no había muerto. "El artista hace algo porque en su pequeña locura cree que va a concienciar... igual malvive, pero quiere mejorar el mundo. Somos a veces como niños pequeños, demasiado idealistas. Igual no he mejorado nada pero espero no haber empeorado nada", ha añadido. 
 

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