La inhibición ha presidido hoy la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP; no sólo la tecnológica, con dificultades de comunicación telefónica molestas para la prensa y convenientes para el partido, sino también por el contenido, pues no ha habido sobresaltos y el debate interno ha sido poco, o ninguno.
Una reunión la de hoy que se esperaba que iba a ser sólo de balance, pero en la que se ha "colado", una vez más, el extesorero Luis Bárcenas y la presunta contabilidad B del partido.
Y una reunión a la que han acudido muy pocos "barones" y que ha tenido otro protagonista, aunque en este caso aún sin identificar: el candidato del PP andaluz y futuro presidente regional del partido, un nombre que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no está dispuesto aún a desvelar por mucho que haya algunos que tengan prisa.
Así que, o estaban todos inhibidos -y cohibidos-, o Rajoy les ha pedido que lo estén.
Si en otras ocasiones son constantes las filtraciones a la prensa de lo que ocurre en el Comité Ejecutivo Nacional, hoy apenas han trascendido detalles porque eran imposibles las comunicaciones móviles en el interior de la sede de la calle Génova.
Un problema sobre todo para los medios, que transmitían sus informaciones a duras penas y poco obtenían de quienes estaban dentro de la reunión.
Después, cuando se ha sabido cómo había transcurrido el Comité, ha quedado claro que hoy no era día de debates ni discusiones internas: Rajoy ha hecho su balance económico, dando por "salvada" a España del rescate y subrayando el inicio de la recuperación, y la secretaria general, María Dolores de Cospedal, ha vuelto a dar explicaciones, una vez más, de las cuentas del PP.
Tres días después de que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz diese por confirmada la presunta contabilidad B y pusiese como ejemplo pagos de las obras de la sede, Cospedal ha salido con las cuentas oficiales para subrayar que dichas obras tienen todas sus facturas.
Dicen fuentes presentes en la reunión que Cospedal no ha ocultado su sorpresa por el auto cuando, según ha explicado, el juez dispone de todos los datos oficiales que justifican todo lo gastado en las obras: 5,6 millones de euros en cinco años.
En público, la secretaria general no ha querido cuestionar el escrito de Ruz, pero ha anunciado que el PP, como no puede reclamar diligencias al juez por no ser parte en el proceso, sí pedirá al fiscal que revise la documentación enviada por el partido.
Nadie en la reunión ha cuestionado o apostillado sobre las argumentaciones de la "número dos", y casi todos los que han hablado en la puerta han insistido en que, en lo que atañe a Bárcenas, Rajoy y el partido ya han dado todas las explicaciones necesarias.
Sólo ha habido, tras Rajoy y Cospedal, una intervención: la de la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, para preguntar una cuestión sobre la doctrina Parot y la sentencia europea que anula su aplicación retroactiva y ha permitido la excarcelación de numerosos etarras.
Quería Aguirre saber por qué no se ha destituido al juez español Luis López Guerra, miembro del Tribunal de Estrasburgo que fue propuesto por el anterior Gobierno, y el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón se lo ha explicado: el Ejecutivo propone pero no destituye a los miembros del tribunal, que tienen además un mandato de nueve años.
No ha habido más intervenciones que las citadas en esta reunión que ha estado falta de pesos pesados: no han acudido más que dos de los presidentes de gobiernos autonómicos del PP: la propia Cospedal y el cántabro Juan Ignacio Diego.
Y por si no había suficiente inhibición, ha llegado Rajoy para pedir más, en este caso, a los populares andaluces.
Poco amigo de las especulaciones en los medios y famoso por su discreción hasta el final, el presidente ha sido muy claro y ha advertido de que nada de lo publicado es cierto: ni sobre fechas ni sobre nombres.
¿Era un aviso al secretario general del PP andaluz, José Luis Sanz, al que en los últimos días ya confirmaban varios medios? ¿Le está pidiendo Rajoy que se contenga, o que se inhiba? La respuesta, ya llegará, cuando quiera el líder del partido
