Declarados culpables los cuatro acusados de asesinar al edil Javier Ardines

El juez dictará los años de prisión, que las acusaciones siguen fijando en 25 para cada uno, la pena máxima 
 
Los cuatro acusados, detrás de sus abogados en la Audiencia Provincial de Oviedo. EFE
photo_camera Los cuatro acusados de asesinar a Andines, detrás de sus abogados en la Audiencia Provincial de Oviedo. EFE

El jurado popular ha declarado este miércoles, culpables de un delito de asesinato a Pedro Luis Nieva, Jesús Muguruza, Djilali Benatia y Maamar kelii, los cuatro hombres acusados por la muerte del edil llanisco de IU, Francisco Javier Ardines en agosto de 2018. 

Las cuatro mujeres y los cinco hombres que conformaban el jurado popular han considerado probado por unanimidad que Pedro Nieva decidió acabar con la vida de Ardines movido por los celos al conocer que este mantenía una relación sentimental con su mujer. Durante el fallo judicial se leyeron mensajes de móvil en los que se demostraba que Nieva hacía un seguimiento estrecho de su mujer por celos. 

Para ello contactó con Jesús Muguruza, al que se considera intermediario, mientras que Djilali Benatia y Maamar Kelii han sido considerados culpables de acabar materialmente con la vida del edil.

El jurado ha dado a conocer su decisión después de más de dos días de deliberaciones. Fue el lunes cuando el magistrado les entregó el objeto del veredicto y comenzaron a deliberar. 

El juicio se inició el 30 de octubre y finalizó el pasado viernes, 30 de noviembre con la elección de los miembros del jurado y lo hacía con los informes de cada una de las partes. La fiscalía y la acusación particular solicitaban para cada de uno de ellos 25 años de cárcel por el delito de asesinato. Los cuatro acusados piden su libre absolución y mantuvieron su inocencia durante el juicio.

HECHOS. El fallecido mantenía una relación con la mujer de uno de los acusados, Pedro Nieva que era además la prima de su esposa. Se trataba de una relación desde la adolescencia, que duraba ya más de 30 años cuando se cometieron los hechos y se desarrollaba en Llanes, donde vivía Ardines y a donde Nieva se desplazaba sobre todo en periodos vacacionales (vivía junto a su familia en el País Vasco). Los dos mantenían esta relación de forma encubierta y al margen de sus respectivos matrimonios. 

El acusado Nieva descubrió el idilio en diciembre de 2017, tras grabar con su móvil una conversación entre su esposa y el fallecido, y así se lo hizo saber a ella, aunque ambos siguieron conviviendo como pareja. Tras la grabación, el acusado, con el fin de controlar a su esposa y ante el temor de que esta tuviera algún otro encuentro sexual con el fallecido, visitó tiendas online de venta de objetos de videovigilancia encubierta, micrófonos, dispositivos de vigilancia para vehículos y dispositivos de seguimiento para vehículos, y otras destinadas a la realización de pruebas de AND para determinar la paternidad

En julio de 2018, el acusado, ante la proximidad de la época estival y sabedor de que su mujer pasaría el verano en una casa familiar próxima a la de la víctima, tomó la decisión de acabar con la vida de este. Para ello, contactó con el también acusado Jesús Muguruza, a quien pidió que buscase a personas que pudieran ejecutar los hechos. Así, Muguruza planteó el encargo al tercero de los acusados Maamar kelii, quien, tras una reunión en la que se llegó a un acuerdo sobre el precio a pagar, decidió actuar conjuntamente con un cuarto acusado Djilali Benatia. 

Así, el 27 de julio, los acusados Nieva, Muguruza y Helii, viajaron a Belmonte para dar al tercer acusado las indicaciones necesarias para acabar con Javier Ardines. El acusado Nieva tenía un conocimiento exhaustivo tanto de la zona donde se llevarían a cabo los hechos como de las costumbres de la víctima. 

Así, Nieva y Muguruza propusieron a Kelii hacer al concejal una emboscada, para asegurarse el resultado. En la madrugada del 1 de agosto de 2018, los acusados Kelii y Djilali Benatia se desplazaron nuevamente a Belmonte con el único propósito de matar al concejal y, una vez allí, colocaron una valla metálica de obra en un camino por donde previsiblemente pasaría la víctima. El lugar era el propicio para cometer los hechos por ser una zona rural aislada y boscosa, rodeada de prados y monte bajo. 

Sobre las seis de la mañana de ese día 1, Ardines salió de su domicilio y, al pasar por ese camino, se encontró con la valla, aunque la sorteó y se alejó del lugar en su vehículo. A raíz de este suceso, Kelii mostró su reticencia a ejecutar los hechos, por lo que Nieva le ofreció más dinero y le informó, en una reunión, que no debía matar al edil hasta pasado el 10 de agosto, fecha en la que terminaban las fiestas locales, ya que antes de ese día habría mucha gente. 

Así, en la madrugada del día 16 de agosto, sobre las cuatro y media de la mañana, con tiempo suficiente para preparar una emboscada mejor, los acusados Kelii y Benatia llegaron a Belmonte y colocaron en el mismo camino, transversalmente, dos vallas más (la primera, del día 1, continuaba allí). Lo hicieron de forma que impedían el paso de cualquier vehículo, para asegurarse de no fallar e incrementar el tiempo disponible para abordar a Javier Ardines. 

Además, para tener más garantías de acierto y anular la posibilidad de defensa de la víctima, cada uno de los acusados llevaba un bote de spray de pimienta, el acusado Nieva un palo y el acusado Muguruza, un bate. A continuación, se escondieron junto a un muro y esperaron. Sobre las 6 de la mañana Ardines salió de su casa en su furgoneta y, al llegar al punto donde estaban colocadas las vallas, detuvo la marcha y se bajó del vehículo para apartarlas. Dejó el motor en marcha, las luces encendidas y la puerta del conductor abierta. 

En ese momento, los acusados Kelii y Benatia salieron de su escondite súbitamente y rociaron a Javier Ardines con el spray de pimienta. La víctima echó a correr, perseguido por los acusados. Fue alcanzado al ser golpeado en la cabeza bien con el palo o con el bate. Cayó al suelo de rodillas y seguidamente, boca abajo. También fue estrangulado por detrás por alguno de los dos acusados, en cualquier caso, puestos de común acuerdo. 

La víctima no pudo defenderse, tan solo colocar de forma intuitiva su brazo derecho como escudo. Una vez en el suelo, fue sujetado y/o arrastrado unos metros. A consecuencia de la agresión, Ardines falleció. Tras los hechos, el acusado Muguruza entregó a Kelii una cantidad de dinero por el trabajo realizado. 

Por auto de 18 de febrero se acordó la entrada un registro en el domicilio del acusado Benatia, en Bilbao, y se halló en su interior, entre otros efectos, un spray de defensa persona, un spray aerosol de pimienta, 7 navajas, un Taser de 3.800 voltios, un Taser en forma de puño americano y varios cartuchos.

LECTURA DEL JURADO Y PENAS. El portavoz del jurado popular leyó el acta en el que los hechos eran coincidentes con la exposición que se hizo desde Fiscalía y acusación popular. Según el jurado, Nieva fue el inductor del asesinato y actuó con "rencor y odio" hacia Ardines. Vivía "obsesionado" y actuaba de manera "impulsiva" y "errática" tras conocer la infidelidad de su mujer. 

No ha tenido ninguna duda el jurado de que Muguruza fue el intermediario y que participó "activamente" en los hechos, mientras que Benatia y Kelii fueron, bajo un acuerdo económico, los autores materiales, los "sicarios" que atacaron a Ardines y ocasionaron su muerte. 

Tras escuchar el veredicto del jurado popular, tanto la Fiscalía como la acusación popular insistieron en solicitar 25 años de prisión, la pena máxima, para los acusados, en vista de la gravedad de los hechos. Los abogados de Nieva, Muguriza, Benatia y Kelii solicitaron que fuesen 20 los años de condena.