Aprobada la última prórroga del estado de alarma en un Congreso bronco y polarizado

El estado de alarma se extenderá hasta el 21 de junio ► Casado y Abascal endurecen su discurso y Sánchez los iguala: "Tanto monta, monta tanto"
Pedro Sánchez. EFE
photo_camera Pedro Sánchez. EFE

Pedro Sánchez ha logrado sacar adelante la última prórroga del estado de alarma en un Congreso bronco y polarizado, en el que ha pedido unidad para la reconstrucción y ha reclamado rebajar el tono, pero también ha arremetido con fuerza contra PP y Vox y les ha responsabilizado de la crispación. En concreto, la Cámara ha autorizado la que se prevé será la última ampliación de la vigencia de las medidas excepcionales decretadas el pasado 14 de mayo con 177 votos a favor, uno más de la cifra en la que se sitúa la mayoría absoluta, y los mismos que recabó cuando se votó la quinta prórroga. 

Además de los 155 diputados del PSOE y Unidas Podemos, el Gobierno ha logrado el respaldo de los diez de Ciudadanos, los seis del PNV, los dos de Más País-Equo, y los de Coalición Canaria-Nueva Canarias, el Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y Teruel Existe. 

En el 'no' han repetido el PP y sus socios electorales de UPN y Foro Asturias, además de Vox y los independentistas catalanes de Junts y la CUP, y Compromís, socio del PSOE en el Gobierno valenciano. En total se han registrado 155 votos en contra. 

Esquerra, que en las dos últimas prórrogas había votado en contra, llegó a un acuerdo con el Gobierno para abstenerse, la misma posición que han mantenido Bildu, el Bloque Nacionalista Galego (BNG), tres formaciones que suman 18 votos. 

El estado de alarma se ampliará, exactamente, hasta las 00.00 horas del 21 de junio, fecha en la que culminará la desescalada. En el debate de este miércoles Sánchez ha anunciado que el próximo 9 de junio el Consejo de Ministros aprobará un real decreto ley para regular la "nueva normalidad".

Un decreto que no obstante, ha prometido Sánchez, "será lo más básico posible" porque el Gobierno no busca "sobrerregular" sino garantizar las medidas que las autoridades sanitarias siguen creyendo necesarias para la contención del coronavirus.

El presidente del Gobierno ha asegurado en su intervención que lo peor ha pasado y que la desescalada no ha tenido por el momento efectos negativos sobre la pandemia.

El jefe del Ejecutivo ha dedicado buena parte de su discurso a hablar de la necesidad de acabar con la crispación política. Ha recomendado "decir no al veneno del odio", y ha reclamado a la oposición "altura parlamentaria".

Pero tras una dura ronda de grupos, en la que se ha llevado los mayores reproches de la bancada de la derecha, ha cargado contra los líderes del PP y VOX, a quienes ha situado al mismo nivel. "Casado y Abascal, tanto monta, monta tanto", ha dicho Sánchez, quien ha acusado a Pablo Casado de "utilizar los muertos contra el Gobierno de España, como ha hecho siempre el PP cuando ha estado en la oposición", y le ha vuelto a aconsejar que "no se sume" a Abascal, porque así hace "pequeño" a su partido y "grande a la ultraderecha".

Muy duros han sido tanto Casado como Abascal con el presidente del Gobierno. El líder del PP le ha acusado de protegerse "bajo el palio" del estado de alarma y también de "ocultar" las cifras reales de fallecidos y ha prometido que pedirá una comisión de investigación parlamentaria sobre la "nefasta gestión" del Gobierno en la pandemia. "Le recuerdo que allí (en la comisión) no podrán seguir mintiendo sin consecuencias penales", le ha dicho Casado a Sánchez.

Abascal acusó a Pablo Iglesias de desear una guerra civil

Más duro ha sido Santiago Abascal, que ha acusado al vicepresidente Pablo Iglesias de "desear una guerra civil" y ha dicho que es el Gobierno y no Vox el que está incitando al odio.

8-M. Si Sánchez reprochaba a la derecha insistir en que se debieron suspender las celebraciones del Día de la Mujer y lanzaba un "¡Viva el 8 de marzo!", Abascal le ha replicado diciendo que eso es como gritar: ¡viva la enfermedad y viva la muerte!".

En el debate se han vuelto a escuchar por otra parte los reproches al Gobierno por pactar a varias bandas, y las justificaciones de unos y otros por seguir llegando a acuerdos aunque no les guste la gestión del Ejecutivo o tengan sus reservas sobre otras alianzas.

Así, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, advertía de nuevo a Sánchez de los peligros de seguir pactando con Ciudadanos, que es "Vox en fase uno" y le insistía en que "todo no puede ser". "Dime con quien pactas y te diré qué pactas", ha señalado.

Aunque Rufián ha tenido hoy otros encontronazos, los vividos con la portavoz de JxCat, Laura Borrás. Borrás ha echado en cara a Rufián su acuerdo para la abstención con el Gobierno mientras insistía en que el independentismo debería ir unido y lamentaba que el portavoz de ERC hubiera antes acusado  a su partido de haber permitido gobernar a la derecha en el pasado -cuando Ciu permitió la investidura de Aznar-.

El portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, ha atacado y se ha justificado por igual: Ha espetado al presidente que este Gobierno no le gusta a Cs "nada, nada" pero ha defendido su voto favorable y el acuerdo con el Ejecutivo "sólo por el bien de España".

Planes económicos concretos, y no un "parcheo constante", es lo que ha reclamado Aitor Esteban, el portavoz del PNV, el otro partido que como Cs ha llegado también a un acuerdo para votar sí.

Compromís sigue en el no y continúa reclamando un trato más justo en la financiación, como ha explicado Joan Baldoví, a quien Sánchez ha dicho no entender. Por su parte, portavoces como el del PRC y el de Teruel Existe han advertido al presidente de que su apoyo no es un "cambio de cromos".

Todo en un debate igual de bronco que la mayoría de los celebrados para discutir las prórrogas de la alarma. Y eso que éste se ha celebrado un día antes la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, hacía ronda con los portavoces para pedirles rebajar el tono.

"Mientras aquí se insultan, mientras aquí se odian, mientras aquí se enervan las pasiones, ahí fuera hay todavía gente en las Uci que se están debatiendo entre la vida y la muerte (...), me dan ganas de llorar", ha dicho la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas. 

La ley que guiará la desescalada
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado ante el pleno del Congreso que el Consejo de Ministros del próximo martes aprobará un real decreto ley en el que se recogerán todas las medidas sanitarias que será necesario mantener frente al Covid-19 una vez que se levante el estado de alarma en los distintos territorios, lo que está previsto a más tardar para el próximo 21 de junio o incluso antes en las Comunidades Autónomas que van más adelantadas si así lo deciden sus presidentes autonómicos.

Este decreto ley "para la nueva normalidad" recopilará, según ha detallado, todas las medidas de "prevención, contención y coordinación" para hacer frente a la crisis sanitaria que es preciso mantener aún y que se han ido desarrollando a través de sucesivas órdenes ministeriales cuya vigencia expira con el fin del estado de alarma.

La última y definitiva prórroga del estado de alarma (hasta el 21 de junio) que este miércoles autorizará el Congreso de los Diputados permite a las autonomías que a partir del día 8 estén ya o entren en la fase 3 de la desescalada (la última de las previstas en el plan de transición) decidir cuándo salen sus territorios del estado de alarma, si la evolución de los datos sanitarios así lo aconseja.

Esto significa que algunas comunidades podrán poner fin a la vigencia del estado de alarma en sus respectivos territorios incluso antes del 21 de junio. De ahí la necesidad de tener preparado antes un real decreto ley que permita mantener unas mínimas medidas sanitarias, como la obligación sobre el uso de la mascarilla, aun cuando el estado de alarma ya no esté vigente.

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