Ayuso arrasa en Madrid y logra más escaños que el bloque de izquierda

El PP duplica sus representantes y alcanza los 65, con lo que le bastará la abstención de Vox para gobernar ► Más Madrid, segunda fuerza tras dar el 'sorpasso' a un PSOE que registra sus peores resultados en la Comunidad

Ayuso y Casado, en Génova. MARISCAL
photo_camera Ayuso y Casado, en Génova. MARISCAL

La incontestable victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones madrileñas, a pocos escaños de la mayoría absoluta y sin posibilidad de que la izquierda vete su investidura, deja un serio aviso al presidente Pedro Sánchez, que ve caer a su partido mientras el PP va concentrando el poder de la oposición.

Las elecciones de Madrid dejan otros grandes titulares de alcance estatal: el abandono de Pablo Iglesias de la política, la desaparición de Ciudadanos de la Asamblea y el sorpasso de Más Madrid a los socialistas.

En unos comicios con una participación histórica de más del 76 por ciento, el PP ha obtenido 65 escaños (35 más que en 2019), Más Madrid y el PSOE han empatado a 24 –los de Mónica García ganan 4 y los socialistas pierden 13–; Vox suma uno hasta los 13, y Unidas Podemos pasa de 7 a 10 puestos en la Asamblea.

Los resultados de Ayuso suponen una advertencia personalizada en el líder del PSOE porque en él ha focalizado su campaña la candidata triunfadora, que no ha dudado en mirar de tú a tú al jefe del Gobierno ni se ha mordido la lengua al presentar estos comicios como decisivos no solo para Madrid, sino para el futuro de España. Nada menos.

Lo ha asumido con entusiasmo el líder del PP, Pablo Casado, al celebrar la jornada desde el balcón de la sede de Genóva: "Hoy Madrid ha hecho una moción de censura democrática al sanchismo".

Moción que ve como preámbulo de un futuro asalto al Palacio de la Moncloa, al contrario que el secretario general del PSOE, José Luis Ábalos, quien ha dejado claro que estos comicios "no representan al conjunto de España".

Pero tras ambos ha comparecido el líder y candidato de Unidas Podemos para demostrar que el 4-M no era solo madrileño, al anunciar que deja la política y se aparta de cara a la renovación de su partido, cuyo resultado no permite gobernar a la izquierda.

DEBACLE DEL PSOE. Y si ha sufrido la formación morada, que ha mejorado su representación en tres escaños, el revés ha sido monumental para el PSOE y su candidato Ángel Gabilondo, que se deja trece en el empeño.

No solo le iguala en escaños Más Madrid, con su candidata Mónica García como segunda triunfadora del día, sino que le supera en votos, cumpliendo así la peor pesadilla de los socialistas y el sueño nunca alcanzado de Iglesias e Íñigo Errejón cuando fundaron Podemos: el sorpasso al PSOE por la izquierda.

No cambian estas elecciones el juego de mayorías en el Congreso, pero sí auguran otras relaciones del PSOE con una oposición que a la fuerza será distinta.

Ciudadanos confirma su caída libre –tras su también histórico fracaso en Cataluña– al desaparecer de la Asamblea de Madrid, mientras Vox, con un diputado más, queda contenido por el empuje de Ayuso; Rocío Monasterio se ha apresurado a anunciar que apoyarán su investidura.

APOYO DE VOX. También pesarán los resultados en el modo en que Pablo Casado afronte ahora su relación con Santiago Abascal, con quien rompió formalmente en la frustrada moción de censura contra Pedro Sánchez. Porque aunque los de Vox no bloqueen la investidura de Ayuso, sí los necesitará después para poder legislar.

De momento, la lectura que hacen los dirigentes populares y los de Vox de lo sucedido este martes tiene evidentes connotaciones nacionales que les hacen pensar ya en una futura derrota de Pedro Sánchez y de las izquierdas, especialmente tocadas en Madrid.

HORA DE YOLANDA DÍAZ. De momento Unidas Podemos, el socio del PSOE en el Gobierno, debe afrontar una urgente renovación tras la marcha del exvicepresidente Pablo Iglesias, quien piensa en la gallega Yolanda Díaz como su relevo.

Así que Sánchez tendrá al lado a una formación en pleno cambio y enfrente a un PP rearmado moralmente gracias a Madrid, y eso que hace apenas dos meses sufrió una importante derrota en Cataluña.

Con el PP todavía debe pactar la renovación del CGPJ y los órganos constitucionales, aplazada por los comicios catalanes y ahora por los madrileños. Con Ciudadanos, formación en la que se apoyó para sacar adelante el semestre de estado de alarma que está a punto de caducar, se abre una incógnita por la debilidad política de la formación que dirige Inés Arrimadas.

LOS ECOS DEL 4-M. Panorama que observan desde fuera las formaciones nacionalistas e independentistas, aunque en este espectro todavía está por resolver la formación del Gobierno catalán, a la espera de un acuerdo entre ERC y JxCAT que podría determinar su futura posición parlamentaria.

Más allá del Parlamento, el Gobierno de Sánchez tiene ante sí un importante reto en el frente territorial, porque la semana próxima decae el estado de alarma y el protagonismo para gestionar la crisis sanitaria por la pandemia recaerá en las autonomías, muchas de ellas recelosas por el reparto de los fondos europeos de recuperación.

Ayuso ha hecho bandera, a veces casi en solitario, de su oposición a muchas decisiones del Ejecutivo, y esa postura parece hoy aún más avalada por su éxito electoral.

Y si lo que ha logrado nace de un oportuno adelanto electoral, esa victoria y la manifiesta fragilidad de Ciudadanos pueden servir de acicate al presidente andaluz, Juanma Moreno, para también adelantar elecciones en busca de una mayoría más cómoda sin su socio de la formación naranja. Otra incógnita por despejar.

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