Los audios de WhatsApp de La Manada antes y después de los abusos: "El Prenda se pone como un enfermo"

Salen a la luz nuevas notas de audios de los cinco jóvenes sevillanos hablando de sus intenciones en San Fermín y de la actitud del cabecilla

La Manada. GALICIAÉ
photo_camera La Manada. GALICIAÉ

"Es como un enfermo. Se le cambia hasta la cara, los ojos así todos abiertos. Parece que está viendo un expositor de pollos asados". Así es como uno de los integrantes de La Manada describe a El Prenda, el supuesto líder del grupo y uno de los condenados por abuso sexual a una joven madrileña en los sanfermines de 2016. 

Telecinco y Antena 3 ha difundido audios de WhatsApp compartidos en el grupo de La Manada antes y después de los abusos sexuales. Las grabaciones describen cuáles eran las intenciones de los sevillanos y la actitud de El Prenda durante los hechos denunciados.

Según se escucha en los audios emitidos en Espejo Público y El Programa de Ana Rosa, los jóvenes buscaban a una chica para mantener sexo grupal. "Quillo, en verdad follarnos a una buena gorda entre los cinco en San Fermín sería apoteósico. Prefiero follarnos a una gorda entre cinco que a un pepino de tía yo solo",decía uno de los condenados. "Hay que buscar a una gordita con casa, gordita pamplonica y vamos que nos vamos", afirma otro.

En las grabaciones también se oye a los hombres con la víctima antes de cometer los abusos e incluso le piden que mande un saludo al grupo. "Vaya como lo estás pasando churra. Esto no tiene límites. No los tiene". Además, uno de los jóvenes reconoce que ganó 300 euros jugando al póker y se los gastó en droga.

En los audios posteriores a los hechos, uno de los miembros informa a amigos de la actitud de El Prenda. "Quillo parece que estoy viendo a El Prenda. Los notas ahí liados con la tía y él ahí metiendo mano por todos lados, con la cara que se le pone de calentón, que le da igual echar para un lado a un amigo con tal de meter mano él". "Cuando está así con una tía o él ve que tiene posibilidades de follar, se pone súper salido y súper asqueroso el cabrón. Es como un enfermo. Se le cambia hasta la cara, los ojos todos abiertos. Parece que está viendo un expositor de pollos asados", prosiguen.

Algunos amigos que se quedaron en Sevilla, lejos de sorprenderse por dicha descripción, aseguran que esas son sus "formas de trabajar".