Alcohólicos Anónimos ve en el confinamiento un refuerzo para mantenerse abstemio

Los grupos de esta asociación mantienen el contacto durante la cuarentena a través de la vía telemática
El cierre de los bares provoca que muchos alcohólicos que no han pedido ayuda adquieran bebidas para sus domicilios. EFE
photo_camera El cierre de los bares provoca que muchos alcohólicos que no han pedido ayuda adquieran bebidas para sus domicilios. EFE

Alcohólicos Anónimos, cuya sede nacional se encuentra en Avilés, ve en el confinamiento a que obliga el estado de alarma que vive el país un refuerzo en el objetivo de mantenerse abstemio, según fuentes de la organización consultadas por Efe.

El confinamiento social pone a prueba a la población y su resiliencia para hacer frente, de modo individual, a sus propios problemas y a los sobrevenidos por la imposición decretada por el estado de alarma.

El vocal de Información Pública de Alcohólicos Anónimos de Asturias, que como es norma en esta comunidad no facilita su nombre, habla de una situación sin precedentes en esta veterana organización, que se ha visto obligada a cerrar provisionalmente los 25 grupos que estaban activos en la región y que ayudaban a centenares de personas en las terapias para abandonar su adicción.

Eso ahora se sustituye por sesiones temáticas de pequeños grupos de cuatro o cinco personas que se comunican vía Skype desde sus casas y se intercambian impresiones, dudas e inquietudes, reforzando, así, sus objetivos de mantenerse alejados del alcohol.

La necesidad de contender la propagación de la Covid-19 obliga a buscar alternativas y, tal como está sucediendo en todo el mundo y en muchos sectores y profesiones, la vía telemática ofrece una eficaz alternativa.

"El teléfono es una forma nueva de trabajar, un modo de mantener el contacto para nosotros totalmente diferente, porque hasta ahora siempre eran reuniones de carácter personal, pero creo que el confinamiento es una oportunidad de mantenerse en la abstinencia", sostiene el vocal de Información Pública.

El confinamiento, lejos de tentar al alcohólico a refugiarse en su adición para sobrellevarlo, le reafirma en su empeño de mantenerse alejado de ella.

Pero esto funciona, en todo caso, con la personas que ya formaban parte de Alcohólicos Anónimos, entregadas a su terapia y que mantienen viva la voluntad de permanecer abstemias.

El problema está en los alcohólicos que no han pedido ayuda previa y que ahora se ven obligados a tener alcohol en sus casas para calmar su adicción durante la cuarentena.

De hecho, desde que se decretara el estado de alarma, el servicio de veinticuatro horas de esta organización únicamente ha recibido la llamada de una persona pidiendo ayuda en Asturias.

"La gente que está fuera de la comunidad no viene pidiendo apoyo porque sabe que todo está cerrado, y el que tiene problemas con el alcohol, con los bares cerrados, necesita buscarlo de cualquiera de las maneras y se las arregla como sea", comenta el vocal.

El Servicio General de Alcohólicos Anónimos de España, con sede en Avilés, cuenta con 616 grupos en todo el país, que celebraban una media de dos reuniones semanales.

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