El alcalde de Sijena: "Cataluña nunca ha querido devolver al dueño lo que no es suyo"

Ildefonso Salillas respira tranquilo desde el regreso de los bienes a su monasterio desde el monasterio de Lleida

Ildefonso Salillas, alcalde de Sijena. JAVIER BROTO (EFE)
photo_camera Ildefonso Salillas, alcalde de Sijena. JAVIER BROTO (EFE)

El alcalde de Sijena (Huesca), Ildefonso Salillas, respira tranquilo desde el regreso, hace ya una semana, de los bienes de su monasterio, pero es consciente de haber hecho frente a grandes dificultades desde hace más de veinte años para conseguirlo porque, como dice, "Cataluña nunca ha querido devolver a su dueño lo que no es suyo". En una entrevista con Efe, Salillas lamenta la "contaminación política" del litigio debido a la coincidencia de la ejecución de la sentencia que ordenaba la devolución de los bienes con la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, pero insiste en que la devolución "sólo es un acto de justicia".

"Está claro -subraya- que la justicia tiene sus tiempos, que nosotros no tenemos la culpa ni del procés ni del artículo 155 y que éste es un problema muy enquistado que no se ha querido solucionar durante décadas".

Recuerda que los primeros pasos para la recuperación del patrimonio se dieron en 1995, cuando se ajustaron los límites de las diócesis a los administrativos y territoriales de Cataluña y Aragón y el consistorio se dirigió al entonces obispo de Lérida para reclamar la devolución del patrimonio del cenobio. Un año después, el también obispo entonces de Barbastro, Ambrosio Echeverría, les comunicó, tras un viaje a Roma, que los bienes habían sido vendidos y que su recuperación no sería posible.

Salillas emprendió entonces una "dura y difícil" lucha para implicar al Gobierno aragonés en la lucha, pero el camino a seguir no quedó claro para él hasta 2012, cuando el Tribunal Constitucional rechazó la petición de Aragón a ejercer el derecho de retracto sobre las piezas, en una sentencia que abría al tiempo la posibilidad de acudir a la vía civil.

Según el responsable municipal, "en esos 14 años anteriores, nadie se brindó a implicarse, tanto es así que en 2005 intentamos, después de estudiar la Ley de Patrimonio, que el Ejecutivo regional nos traspasara las competencias de Cultura para reclamar lo que considerábamos nuestro, pero no lo conseguimos".

Años después, con las piezas ya en el monasterio, el arduo trabajo realizado con el letrado del consistorio, Jorge Español, para recopilar abundantes documentos que cuestionan la legalidad de las ventas de las piezas ha dado sus frutos, aunque con dificultades debido a la "obstinación" de la Generalitat en no cumplir lo ordenado por los jueces. "Yo estoy muy contento ahora -destaca-, porque veo que en una democracia, un pueblo como el mío puede acudir a los tribunales y demandar a la todopoderosa Generalitat por una cuestión de justicia".

Aún así, los dos años y medio que ha tardado la administración de justicia en ejecutar la sentencia y hacer posible el regreso de los bienes han supuesto "un día a día bastante duro para nosotros, porque el trabajo ya estaba hecho y tocaba esperar".

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