La detención de Manuel Murillo por planear el asesinato de Pedro Sánchez es uno de los varios magnicidios frustrados de la historia reciente de España.
En 1995, José María Aznar, cuando era líder de la oposición, sufrió un atentado de Eta cuando salía de su domicilio para dirigirse a Génova, 13. Explotaron dos bombas pero salió ileso. Seis años más tarde, la banda terrorista intentó derribar con un misil el avión en que el viajaba el entonces presidente del Gobierno, pero el artefacto no funcionó.
El último magnicidio que fructificó fue el de Luis Carrero Blanco, presidente del Gobierno en la dictadura franquista. Eta también estuvo detrás de este atentado perpetrado en diciembre de 1973.
A otra escala se encuentra la agresión que sufrió Mariano Rajoy en diciembre de 2016 en Pontevedra, la ciudad donde creció. Ese vídeo, filmado por un redactor de Diario de Pontevedra, dio entonces la vuelta al mundo.
