Absuelto un hombre que afrontaba cuatro años de cárcel por quitarse el condón sin permiso

El tribunal concluye que no hay pruebas suficientes que apuntalen la versión de la víctima
Una mujer sostiene un condón en la mano en una imagen de archivo. PIXABAY
photo_camera Una mujer sostiene un condón en la mano en una imagen de archivo. PIXABAY

La Audiencia de Barcelona ha absuelto, por falta de pruebas, al hombre que afrontaba cuatro años de cárcel por un delito de abusos sexuales por quitarse el preservativo en medio de una relación sexual, sin consentimiento de la pareja. En su sentencia, la sección tercera de la Audiencia concluye que no hay pruebas de que el acusado se retirase el profiláctico de forma intencionada, ni de que su pareja exigiera que usara condón como condición "sine qua non" para acostarse con él. 

El juicio puso sobre la mesa el alcance penal del stealthing —quitarse el condón sin consentimiento—, una conducta que en España apenas ha sido castigada por la vía penal, pero que en otros países, como Alemania o Suiza, se ha saldado ya con múltiples condenas.

La víctima relató que, en medio de la relación, se percató de que no llevaba el condón y le exigió que parara, pero él siguió penetrándola hasta que ella se lo quitó de encima con un cabezazo

La Audiencia, no obstante, concluye que no está probada la práctica de stealthing que la Fiscalía apreció en este caso, abierto a raíz de la denuncia presentada por una mujer estadounidense tras la relación sexual que mantuvo con un joven con el que había coincidido en un festival de música de Pineda de Mar (Barcelona), el 5 de julio de 2019. La mujer denunció que había exigido al procesado que usara preservativo y le entregó un condón, pero que en medio de la relación se percató de que este no lo llevaba y le exigió que parara, aunque el hombre siguió penetrándola hasta que ella se lo quitó de encima propinándole un cabezazo.

El tribunal concluye que no hay pruebas suficientes que apuntalen la versión de la víctima, quien prestó declaración en fase de instrucción, pero posteriormente no pudo ser localizada para comparecer en el juicio, puesto que no contestó a los correos que se le enviaron a la dirección que había facilitado en el juzgado. 

La mujer declaró en castellano pese a ser estadounidense, pero no pudo ser localizada para comparecer en el juicio

La sala se tuvo que contentar con la grabación en vídeo de esa única declaración de la denunciante, lo que, según la sentencia, ha impedido a los jueces ver el "rostro, el movimiento de sus manos o los cambios de expresión facial" en el relato de la víctima, con lo que se ha perdido "toda percepción del lenguaje no verbal de la testigo". 

El tribunal también ha tenido en cuenta la "dificultad idiomática" de la mujer, que declaró en castellano aunque su lengua habitual es el inglés, y la falta de pruebas de que el procesado sufriera lesión alguna, aunque fuera leve, por el cabezazo que ella le propinó. 

En España constan dos precedentes contradictorios sobre casos de stealthing: el de un juzgado de Salamanca que condenó por abusos sexuales a un hombre que se quitó el preservativo en una relación y otro de la Audiencia de Madrid que absolvió al procesado al concluir que no había delito porque la penetración sí había sido consentida, aunque con protección.

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