REACCIONES

El PP revive con frustración el drama de perder dos gobiernos clave por un puñado de votos

El partido vivió una noche de clímax y anticlimax, porque por momentos los números parecían hacer posible llegar a la mayoría absoluta en el Concello y la Diputación y a los pocos minutos se evaporaban las posibilidades de sumar
Elena Candia, durante el recuento de votos. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Elena Candia, durante el recuento de votos. VICTORIA RODRÍGUEZ

El PP vivió una noche de incredulidad y frustración, combinada con momentos de esperanza. A los populares les dieron las doce y la una contando y recontando votos, porque por momentos estuvieron muy cerca de alcanzar el gobierno tanto de la capital como de la Diputación Provincial. Pero los números daban en un momento, levantando el ánimo de todo el mundo, y unos minutos después volvían las sumas a torcerse, desencadenando olas de pesar.

La noche se cerró con caras de desilusión, pero la candidata, Elena Candia, intentó también hacer una lectura positiva de la jornada. Subrayó que el PP ganó las elecciones en Lugo, que sumó dos concejales más, que creció once puntos y recibió casi 6.000 votos más. Pero no llegó la ansiada, y necesaria para gobernar, mayoría absoluta.

Ante el fiasco en la capital, que no se conquistó por unas decenas de votos según las estimaciones que hacían este domingo en el PP, las esperanzas se pusieron durante buena parte de la noche en la Diputación. Pero tampoco pudo ser. Faltaron 163 votos, según se estimaba anoche, para cambiar el color del gobierno de San Marcos.

Hubo desilusión cuando se cerró esa cuenta, sobre todo porque hasta poco antes los populares habían dado casi por hecha la Diputación, que medianoche estuvo bailando en espera del recuento de una mesa del centro social de Fingoi cuyos resultados no acababan de cerrarse, lo que tensó hasta los límites los nervios de las decenas de militantes que se concentraban en la sede del partido.

El conteo de votos propios se hacía mientras entre las filas reinaba la incredulidad por el hecho de que Lara Méndez fuera a mantenerse en la alcaldía de Lugo. Muchos subrayaban el hecho de que el voto al PP se había disparado y que era evidente que se había ganado en toda la zona rural y en todos los barrios de la ciudad. Pero a la vez muchos no daban crédito a que Lara Méndez hubiera sido capaz de mantener el mismo número de concejales y hasta de subir en el número de votos. Era ese un resultado que a muchos les resultaba inconcebible.

Fue, por tanto, una noche de clímax y anticlimax en la sede del PP, en la que se rozaba el infarto por momentos, que cerró una Elena Candia empeñada en mostrar serenidad, que compareció ya cerca de la una de la madrugada para decir que el PP va a seguir trabajando para los lucenses, pensando en esos 21.447 ciudadanos que confiaron en su proyecto. "Seguiremos traballando e construindo Lugo dende onde nos deixen os que perderon as eleccións", manifestó Candia.

La candidata acabó la noche cubierta de besos y abrazos de los suyos, un consuelo que llegaban de quienes estaban tan desconsolados como ella y que se aferraban a la idea de que la victoria fue clara, aunque no suficiente. Era la segunda vez que el PP se enfrentaba a una noche así, porque ya supo lo que es ganar y no poder gobernar por un escaso margen de votos hace solo unos años, cuando Jaime Castiñeira se quedó a las puertas de la alcaldía por 400 sufragios.

Otra vez el PP se ve igual "por un puñado de votos", se lamentaban en el partido, donde todo el mundo estaba sumido en un torbellino emocional, del que muchos intentaban escapar contanto y volviendo a contar los resultados, como en un intento de encontrar un error que volviera a abrir hueco a la esperanza. Y lo cierto es que esa ventana se abrió, porque el retraso en el recuento de una mesa de Fingoi, en una situación que a algunos hasta les hacía recelar, abrió en algunos momentos la expectativa de que la Diputación era del PP. Hubo momentos en los que se creyó que estaba abierta incluso la opción de conseguir la mayoría absoluta en Lugo y con ella el gobierno.

Pero los datos de Lugo acabaron no sirviendo cuando se recolocaron votos de Castro y el PP cerró la noche con un ánimo de derrota. No pudo con el pesar ni siquiera la alegría por las plazas ganadas, como Ribadeo, Rábade y O Páramo. Pesaba que hubo muchas localidades en las que no se gobernará pese a ganar. Elena Candia compareció para destacar el avance del PP, que trabajará desde donde le dejen quienes perdieron este domingo, dijo

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