Cómo salvar el día a día: clave en la negociación del nuevo bipartito de Lugo

La fórmula para garantizar medios y el funcionamiento diario está en la base del acuerdo de gobierno en el que Lara Méndez y Rubén Arroxo y sus equipos trabajan desde hace una semana y en el que no se esperan muchas novedades en el reparto de áreas. Los protagonistas darán detalles este jueves
Rubén Arroxo y Lara Méndez, en una comparecencia durante este mandato. XESÚS PONTE
photo_camera Rubén Arroxo y Lara Méndez, en una comparecencia durante este mandato. XESÚS PONTE

La alcaldesa de Lugo en funciones, Lara Méndez, y su primer teniente, el nacionalista Rubén Arroxo, prevén dar cuenta este jueves de los avances en las negociaciones para formar el gobierno de coalición de los próximos cuatro años. Será a las once de la mañana, después de la reunión que los equipos negociadores mantendrán a primera hora, pero en realidad estos llevan hablando y trabajando de forma intensa toda la semana, tanto por separado como entre ellos, por lo que puede que hoy se conozcan ya las bases del próximo gobierno.

¿Pero cómo se está negociando la coalición? Tras cuatro años en los que, de puertas afuera, el bipartito no dio señales de grandes problemas, o al menos que no fueran salvables, y con objetivos y programas de gobierno que en esencia coinciden, más allá de que cada uno tenga sus prioridades y haya diferencias en aspectos concretos, las claves de la negociación probablemente están siendo, como casi siempre, otras.

Objetivos comunes y reparto de responsabilidades

Seguir peatonalizando y a la vez aumentando los espacios de aparcamiento, para hacer una ciudad más cómoda y segura; habilitar una zona de baño pública en el Miño; lograr fondos para recuperar el cuartel de San Fernando; mejorar la situación del casco histórico para mantenerlo vivo y que sea Patrimonio de la Humanidad; poner a funcionar el nuevo auditorio y potenciar los espacios y la actividad cultural; reivindicar mejores comunicaciones para la ciudad y más vivienda pública y prestar atención a las necesidades sociales, desde la ayuda a domicilio a los comedores escolares, son objetivos compartidos por el PSOE y el BNG, y en realidad también por la oposición. Los socios tendrán que repartirse la faena y todo apunta a que habrá bastante continuidad en la distribución de responsabilidades, con áreas transversales como economía, personal y urbanismo en manos del PSOE y otras muy visibles como obras y cultura, para el BNG. La clave estará probablemente en la asignación de recursos que se haga para poder materializar esos objetivos y —no menos importante— para que a los ciudadanos les quede claro quien hace —o deja de hacer— qué.

Un 60-40% de presupuesto y lo que queda por el medio

En el anterior mandato, PSOE y BNG acordaron un reparto del presupuesto municipal del 60 y el 40%, de acuerdo con la representatividad obtenida por cada uno. Sin embargo, la necesidad de disponer de cofinanciación para proyectos que reciben ayuda de la UE y que están a cargo de alcaldía dejó en ocasiones al BNG en inferioridad de condiciones. La clave podría estar en los capítulos de personal y de gasto corriente y servicios, que afecta a todas las concejalías, sean del color que sean. Todo lo que los socios puedan obtener de esta parte del presupuesto para garantizar el buen funcionamiento de servicios clave como la atención a la ciudadanía o el cementerio, les permitirá no tener que tirar de otras partidas, que podrán destinar a inversiones y a la difusión de estas. La alcaldía lleva partidas asociadas, como gastos de protocolo, que le dan ventaja.

El día a día, cómo salvar dificultades que desgastan

De poco sirven tener áreas vistosas o con mucha influencia en el día a día de los ciudadanos si no se dispone de los medios para gestionarlas bien. El BNG tuvo dificultades en el anterior mandato para que el PSOE le asignara personal y los socialistas, para usar espacios culturales gestionados por los nacionalistas. 

La asignación de salarios de políticos y de asesores

Es este un capítulo que suele abordarse públicamente en una fase posterior, tras la constitución de las corporaciones locales, aunque en realidad suele ser el punto de partida de cualquier negociación.  En el anterior mandato tenían dedicación exclusiva todos los concejales de gobierno (Ana González con sueldo de la Diputación), dos el PP y una Cs.

Además había ocho salarios completos para asesores del gobierno (trece) y de la oposición (tres del PP y uno de Cs) y se mantuvieron las asignaciones a los grupos políticos. El coste total de políticos y personal de confianza ascendió 227.000 euros, hasta un total de 1.113.000 euros.

Reparto de concejalías: continuidad en el BNG y ajustes en el PSOE

El BNG ha funcionado como un grupo bastante compacto, donde las decisiones suelen ser colectivas, y no se esperan cambios, al menos relevantes, en el reparto de áreas.

En el PSOE se incorporan dos ediles nuevos, Jorge Bustos, que es informático pero también entrenador de voleibol, por lo que tiene un perfil deportivo y podría ocuparse de esta parcela. Hasta ahora estuvieron al frente de ella Miguel Fernández y después Mauricio Repetto. Pablo Permuy, por su parte, tiene experiencia en gestión económica y de personal, en el Sergas, por lo que podría serle encomendada alguna de estas áreas, que ahora desempeña Paula Alvarellos. En la nueva etapa, esta podría ir a urbanismo, donde ya ejerció durante la baja de Álvaro Santos.

Permuy confirmó que dejará de ser delegado de las federaciones española e internacional de balonmano, puestos que exigen viajar fuera de Lugo con frecuencia y a veces durante semanas.

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