Un estudio identifica el Brexit como una "gran oportunidad" para la flota pesquera gallega

El Instituto Salvador de Madariaga concluye que la marcha del Reino Unido abre la puerta a cambiar el principio de estabilidad relativa
Flota pesquera, en el puerto de Burela
photo_camera Flota pesquera, en el puerto de Burela

Un estudio del Instituto Salvador de Madariaga, encargado por la Consellería do Mar, concluye que el Brexit puede ser una "gran oportunidad" para poder cambiar el principio de estabilidad relativa que afecta al Estado español desde su entrada en la UE -por el que se reparten las posibilidades de pesca-, lo que abriría la puerta a un aumento de TAC y cuotas para la flota gallega.

Así lo ha explicado el profesor de la Universidade da Coruña José Manuel Sobrino Heredia en declaraciones a los medios este martes, antes de presentar este estudio al sector en el Consello Galego de Pesca celebrado en Santiago. Este informe será remitido por la Xunta al Gobierno central con el fin de que pueda emplearlo en futuras negociaciones en defensa de los derechos de la flota gallega y española.

"La retirada de uno de los países que más se ha beneficiado del sistema de reparto de posibilidades sobre la estabilidad relativa, como es el caso de Reino Unido, podría ser la ocasión para revisar este criterio", concluye el estudio.

Por tal motivo, Sobrino sentencia que "es un momento de gran oportunidad y hay que aprovecharla". Todo ello, después de que España haya recurrido en numerosas ocasiones el principio de estabilidad relativa, por considerarlo perjudicial para su flota, sin obtener resultado.

INFORME. El informe se divide en dos grandes partes. Por un lado, el desarrollo del procedimiento de desconexión de Reino Unido de la Unión Europea, en el que se examina "qué modelo de acuerdo se puede llegar a concluir con este país" para las futuras relaciones con la UE, en el que se evalúan ejemplos existentes como las relaciones con Canadá o Suiza, con las consecuencias que puede determinar para "el sector pesquero gallego en particular".

Por otra parte, se analiza los ámbitos y materias en donde "hay un interés para la pesca en Galicia", que "podrían ser afectados positiva o negativamente con la retirada del Reino Unido".

Con todo, deja claro que a estas alturas "son más bien conjeturas que realidades", a la espera de que se materialice la marcha de Reino Unido de la UE, "pero ya se pueden adivinar algunos trazos para empezar a preparar una negociación en defensa de los intereses" de la flota autóctona.

NEGOCIACIÓN. Sobre este extremo, Sobrino apunta que "habrá que firmar un acuerdo de pesca con el Reino Unido y ellos necesitarán vender sus productos de pesca", y "el único mercado que hay en estos momentos, que es insustituible, es el europeo". "Si ellos quieren vender su pescado tendrán que dejarnos también pescar en sus aguas, hay que negociar", asevera.

A renglón seguido, ha remarcado que los británicos "son unos excelentes negociadores" y "nunca dan su brazo a torcer", pero "si Europa en estos momentos se pliega, detrás de Reino Unido, y como fruto del efecto llamada, van a venir otros países".

Al respecto, reflexiona sobre cómo "la retirada de un país que está detrás del principio de estabilidad relativa y una distribución que no beneficia a España" va a "significar" que "hay que replantearse" ese principio, "porque las circunstancias han cambiado y porque el derecho lo permite". "Es una posibilidad de negociar algo que hasta ahora era innegociable" en pro de un nuevo sistema de distribución de TACs y cuotas.

A esto se une que el Reino Unido se va a retirar de "espacios que en estos momentos su flota está utilizando" en aguas comunitarias y "habrá que repartir" esas posibilidades" entre las flotas que quedan.

ASPECTOS NEGATIVOS. El estudio identifica aspectos positivos y negativos, y Sobrino pone como ejemplo de los riesgos que "si se apuesta por un Brexit duro significa que Reino Unido sale del mercado interior y que, por tanto, ya no funciona la libre circulación de mercancía", lo cual se traduciría en que "todos los productos" pesqueros que se consumen actualmente en Europa procedentes de este país "serían mucho más caros, porque serían gravados con aranceles y derechos aduaneros".



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