La Unión Europea se marca nuevos objetivos para avanzar hacia la descarbonización de la movilidad. Los negociadores del Consejo de la UE y la Eurocámara pactaron el martes que para 2026 debe haber estaciones de carga para vehículos eléctricos cada 60 kilómetros con una potencia de 400 kilovatios (kW), que se ampliará a 600 kW en el horizonte de 2028 para que 'llenar' las baterías sea cada vez más rápido. Con esta medida se busca superar uno de los obstáculos a la expansión de los eléctricos: la insuficiente red de recarga.
En España había a cierre del año pasado 18.128 puntos de acceso público, según los datos de la patronal de fabricantes de automóviles Anfac, muy lejos de los hasta 100.000 que el Gobierno se ha fijado como reto para este año. De los activos en todo el país, 690 se ubicaban en Galicia, una comunidad con más de 17.000 kilómetros de carreteras.
En el caso de los camiones y los autobuses, el acuerdo provisional -aún debe ser aprobado por el comité de representantes permanentes de los países de la UE en el Consejo y el comité de Transporte y Turismo del Parlamento Europeo, para después pasar el filtro de la Eurocámara y el Consejo en su conjunto- establece que habrá una estación de carga cada 120 kilómetros, que deberán estar instaladas en mitad de las principales carreteras de la UE para 2028 y ofrecer potencias de entre 1.400 y 2.800 kilómetros, en función de la ruta. Para los camioneros también deberá haber puntos en lugares de estacionamiento seguros y protegidos.
En todos los casos se aplicarán excepciones de despliegue, como carreteras con tráfico muy escaso, regiones ultraperiféricas o islas.
El pacto informal establece objetivos nacionales mínimos que serán de obligado cumplimiento para reforzar la infraestructura de combustibles alternativos e insta a los Estados miembros a presentar planes sobre cómo alcanzarlos.
También contempla impulsar una red de estaciones de repostaje de hidrógeno a lo largo de la red transeuropea de transporte, con al menos una hidrogenera cada 200 kilómetros para 2031.
En el camino hacia la movilidad limpia, los ministros de Energía de la UE dieron el pasado martes luz verde definitiva a la prohibición de matricular coches y furgonetas que emitan CO2 a partir de 2035. Dejarán así de poder venderse coches diésel, a gasolina e híbridos. La principal alternativa serán los eléctricos, que en 2022 supusieron casi cuatro de cada cien turismos matriculados en España.
La novedad del marco aprobado en Bruselas es que los motores de combustión no tienen por qué pasar obligatoriamente a la historia. La razón es que finalmente estarán permitidos más allá de 2035 los combustibles sintéticos, que se obtienen a partir de hidrógeno verde producido con renovables como la eólica y CO2 que se capta del aire o de industrias.
Lo logró con su presión el primer fabricante de coches de Europa, Alemania, que bloqueó la aprobación definitiva del veto a los coches con emisiones de dióxido de carbono a partir de 2035 hasta que consiguió un compromiso más firme de la UE con el futuro de los combustibles sintéticos, una tecnología por ahora residual. Sus propiedades fisicoquímicas son similares a los obtenidos a partir del petróleo, pero los 'e-fuels' son neutros en carbono, lo que no quiere decir que no contaminen, pues al quemarlos en el motor de combustión emiten troso gases como óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas.
Entre las ventajas destaca que pueden usarse en los motores actuales y no habría que cambiar infraestructuras, pero su desarrollo es muy incipiente y son muy caros.
Para contentar a Alemania, la Comisión Europea introdujo en la normativa aprobada una declaración política en la que se compromete a presentar este otoño un reglamento que especifique "cómo los vehículos con e-fuels contribuirán a los objetivos de emisiones de CO2", a lo que seguirá una propuesta legislativa en 2026.
El motor no cambiaría respecto a los de combustión actuales, pero sí la electrónica, de forma que el vehículo no pueda arrancar si se ha repostado con un combustible convencional.
España votó a favor del marco a aplicar a partir de 2035, pero el Gobierno augura poco éxito al combustible sintético. "Es demasiado caro para ser la respuesta adecuada para cualquier ciudadano medio de Europa", dijo la ministra Teresa Ribera.
Italia, por ejemplo, se abstuvo, pues quería una excepción también para los biocombustibles.
Alianza: Recarga eléctrica e hidrogeneras para el noroeste
Galicia firmará un protocolo de colaboración con Asturias, Cantabria y Castilla y León para desplegar una red de infraestructuras con puntos de recarga de eléctricos, surtidores de hidrógeno a medida que avance este tipo de movilidad y estaciones para combustibles alternativos en las principales vías de conexión.
Calendario
La previsión es poner en marcha en el segundo semestre del año las primeras actuaciones para instalar electrolineras y estaciones de recarga de combustibles alternativos.