El conflicto del metal pontevedrés, en suspenso hasta septiembre

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El fin del conflicto en el sector del metal de la provincia de Pontevedra no llegará al menos hasta septiembre. Tras la reunión mantenida entre las partes en conflicto y los mediadores de la Xunta este miércoles, tanto sindicatos como patronal se han mostrado confiados en poder llegar a un acuerdo en la primera quincena de la vuelta de vacaciones, aunque la intención inicial de la Consellería de Traballo era cerrar la negociación antes del período estival.

Ambas partes se reunieron de nuevo con José María Casas de Ron, jefe de la Inspección de Trabajo y representante de los mediadores. La reunión, de dos horas, sirvió, según el portavoz de los empresarios, Enrique Mallón, ''para reflexionar, después de cuatro semanas sin negociación, sobre la posición en la que está cada una de las partes'', y su disposición a ceder para evitar males mayores

''Aunque no hubo ningún movimiento claro numérico, la reunión nos ha servido para reflexionar y estamos animados'', agregó el portavoz de CCOO, Ramón Sarmiento.

No obstante, Mallón quiso destacar que la oferta que plantea la patronal pontevedresa es la más alta del metal de todo el Estado, e hizo hincapié en que el esfuerzo no puede ser mayor, dada la situación de crisis económica que está azotando a las empresas ''y que en septiembre todavía podría empeorar''.

En este sentido, la patronal ha ofrecido un incremento en su oferta de subida salarial, si el convenio se establece con una vigencia para tres años. Por su parte, los sindicatos mantendrán la huelga en suspenso hasta septiembre, a la espera de los pasos que se den en la negociación.

Meditación y reflexión sobre la huelga
Tanto sindicatos, como patronal y mediadores, han calificado de positivo este encuentro y confían en mantener la buena sintonía a la vuelta de vacaciones.

Los sindicatos se han comprometido a mantener hasta después del verano el 'respiro' que están dando a los bolsillos de los trabjadores, que recibieron hasta medio centenar de sanciones por las acciones desarrolladas en las jornadas de huelga, con multas de hasta 900 euros para los huelguistas que formaban parte de los piquetes. Así las cosas, según el portavoz de la CIG, Miguel Anxo Malvido, se abre ahora un ''período de meditación, análisis y reflexión''.

Por su parte, la patronal ha pedido que los trabajadores sigan acudiendo a sus puestos para intentar paliar la situación que llevó a que, empresas del sector que ya se enfrentaban a dificultades económicas, hayan caído de cabeza en la crisis, según la versión del representante de los empresarios, Enrique Mallón.

Según Mallón son numerosas las empresas que se han visto afectadas por la inactividad, con pérdidas de nuevos encargos y con penalizaciones por no cumplir los plazos, tanto en el naval como en el sector metalúrgico en general, desde empresas de aluminio hasta las que trabajan para la obra pública o la automoción.

La Xunta siente ''cierta frustración''
Pese a que tanto sindicatos como patronal salieron animados del encuentro, la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, afirmó este miércoles sentir ''cierta frustración'' al no ser capaces las partes de ''establecer puntos de encuentro para arreglar un convenio''.

Mato recordó que la reanudación de las conversaciones se iniciaron ''a instancias de la Xunta'' y que el Ejecutivo autonómico está ''donde tenemos que estar, cumpliendo con nuestras responsabilidades''.

Por ello, la conselleira de Traballo advirtió que ''no nos levantaremos de la mesa'' y que el conflicto ''se tiene que arreglar de una vez por todas,por el bien de todos''.

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