La renta variable japonesa se ve soportada ahora sólo por el Banco de Japón

Durante el año pasado, la rentabilidad de la bolsa nipona superó ampliamente el 20% 

Durante el pasado mes de marzo, la renta variable japonesa recibió entrada neta de capitales. No obstante, los extranjeros fueron vendedores netos, con la mayor redención de capitales de los últimos 18 meses, si bien estas ventas no fueron tan pronunciadas como las de 2015 o 2016. 

Tal y como habrán visto los que practican el trading, gracias al Banco de Japón (BoJ) y sus compras de ETFs (Exchange Traded Funds) todavía ha habido flujos netos positivos en las acciones japonesas, pese a la fuerte salida de capitales por parte de los inversores extranjeros.

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El Banco de Japón está comprando ETFS según el plan acordado, siguiendo el ritmo de 6.000 billones anuales. El banco central no aumentó de forma significativa estas compras durante el mes de marzo, pero sí mantuvo el trading (compras) de bonos japoneses (JGB) hasta un punto en el que la cuota de ETFs de acciones en relación con las compras del QE, se ha elevado poco a poco desde el 4,3% desde que anunciara el inicio de su programa de control de la rentabilidad de la curva en septiembre de 2016, hasta cerca del 11% actual.

Obviamente, la participación del BoJ en las compras indirectas de renta variable nipona es un importante factor que afecta al trading. La entidad ha supuesto más del 100% de los flujos netos a las acciones bursátiles niponas desde 2016 y la cuota incluso aumentó durante el mes de marzo hasta el 127%. Este nivel debería reducirse puesto que las ventas netas de los extranjeros estuvo cerca de cero a finales del mes de marzo. 

Otro aspecto que afecta el trading en bolsa son los beneficios empresariales. Para 2018, las previsiones de crecimiento del beneficio en Japón es un bajo 3,4% y vio revisiones a la baja durante el cuarto trimestre de 2017 a pesar de que fue el trimestre con mayores sorpresas positivas en seis años. 

Y un tercer factor que pesa en el trading es el yen. En lo que llevamos de año, el yen ha estado fuerte, lo que ha conllevado una evolución decepcionante de la bolsa japonesa ante la mala evolución de las exportadoras. Ha sido un proceso similar al visto en la primera mitad de 2016. Sin embargo, los beneficios de las exportadoras se prevé que reboten en 2019, con un crecimiento previsto del 12% frente al 6% de las empresas más locales.

Y como no hay tres sin cuatro, Japón podría sufrir daños colaterales por el conflicto comercial entre China y EE.UU., pues es un país exportador y tiene un superávit comercial con EE.UU. sobre todo procedente del sector autos y eso también pesará en el trading. Pese a todo, la evolución de la bolsa japonesa no ha sido tan mala este año, pues lo ha hecho mejor que los índices S&P 500 y Stoxx Europe 600 gracias a la fortaleza del yen.

Las valoraciones y las compras desde el extranjero no están teniendo efecto, después de haber sido un lastre. Sin embargo, el apetito global por el riesgo y los beneficios previstos para 2018 son factores negativos. Por tanto, sólo el BoJ impulsa en estos momentos la rentabilidad de la bolsa nipona.

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