Trabajar en la innovación tecnológica del sector energético y aprovechar los recursos naturales para producir energías limpias es algo más que un reto. La actual crisis detonada tras la invasión de Ucrania demuestra la "necesidad" de que Europa se sacuda de alguna forma su tremenda dependencia del gas, el petróleo y el carbón rusos.
El presidente y CEO de Norvento Enerxía, Pablo Fernández Castro, protagonizó este viernes un desayuno informativo del Foro Empresa Pontevedra y se declaró "un auténtico convencido" de que el futuro de la energía "es renovable y autóctono". La empresa lucense es hoy una de las principales referencias en España de las soluciones tecnológicas destinadas al autoconsumo y la independencia energética para el sector industrial.
En su opinión, tanto España como Galicia están "bien posicionadas" en la carrera por convertir a las renovables en una alternativa real a los combustibles fósiles. "Nuestro petróleo es el sol y el viento", dijo Pablo Fernández ante un centenar de empresarios reunidos en el hotel Galicia Palace.
El fundador de Norvento, que fue presentado en el Foro Empresa por el director general de Diario de Pontevedra, Antonio de Cora, lamentó la "gran dependencia" energética exterior europea y apostó por "impulsar las renovables" como antídoto a este problema. Sobre el futuro, señaló hacia "el hidrógeno verde y el biometano" como dos de las líneas de investigación con más posibilidades. "Hay sistemas para transformar la energía en hidrógeno, que se puede almacenar y usar como sustituto del gas natural, y también para inyectar biometano a las redes de gas", explicó. El biometano podría cubrir el 100% del consumo doméstico y los gases renovables reemplazarían por completo al gas natural. El hidrógeno sería usado como sistema de respaldo gracias a su gran capacidad para almacenar energía.
Hay investigaciones en marcha para transformar la energía en hidrógeno, que se puede almacenar y usar como sustituto del gas natural, y también para inyectar biometano a las redes de gas
El problema, a su juicio, es que "la próxima dependencia energética en España será la tecnológica". Como ejemplo, expuso los datos actuales, en los que China, Japón y Corea surten a Europa del 95% de los módulos fotovoltáicos, el 35% de los aerogeneradores o el 90% de las baterías. China, además, domina el procesamiento de 10 de las 30 materias primas consideradas críticas (grafito, silicio, tierras raras, aluminio, acero y vanadio entre las más comunes).
El impulso de las renovables y la progresiva sustitución del gas natural por el hidrógeno le permitirían a Europa, en opinión de Fernández Castro, aliviar su excesiva dependencia exterior. El 83,6% del gas natural que consume Europa llega de fuera (un 38,2% de Rusia), el 97% del petróleo también es importado (un 25,7% desde Rusia), y el 35,8 del carbón que usa la UE proviene del exterior (el 49,1% igualmente desde Rusia).
El caso concreto de España tiene matices. También aquí el 97,4% del gas es exterior, pero solo un 8,7% llega de Rusia porque casi el 43% es importado desde Argelia. España compra en Rusia apenas un 6,28% del petróleo de consume y solo un 17% del carbón.
Mirando hacia las energías renovables como "motor del cambio", el presidente de Norvento puso en valor que España sea en la actualidad el octavo país del mundo en capacidad total de estas fuentes energéticas y figure "a la cabeza" en plantas solares y eólicas.
En el caso de Galicia, lamentó el "estancamiento" del crecimiento eólico. Recordó que entre 1998 y 2008 se instalaron en la comunidad más de 3.000 megavatios, hasta 2019 se añadieron 700 más y en 2020 únicamente se pusieron en marcha 23. También afirmó que la comunidad debe seguir apostando por la energía fotovoltaica y tiene "un recurso eólico offshore impresionante" que convendría explorar.
Como conclusión, Fernández Castro apuntó que el nuevo modelo energético "tiene que ser sostenible, desde el punto de vista económico y también climático".
"Si seguimos emitiendo gases como hasta ahora –dijo–, en 2040 superaríamos los dos grados más de temperatura en el planeta. Y hay estudios que atribuyen a las emisiones 8,7 millones de muertos al año. 40.000 de ellas en España".
