Los primeros aerogeneradores del mar comenzarán a girar dentro de 7 años

El ministerio prevé lanzar la primera subasta de potencia en 2023 y la AEE llama a mejorar la aceptación social
Aerogeneradores en el mar, eólica marina. ARCHIVO
photo_camera Parque eólico marino. ARCHIVO

Hace 32 años, en 1991, entraban en funcionamiento los once aerogeneradores del primer parque eólico marino del mundo, el de Vindeby, en Dinamarca, con una potencia de 5 megavatios (MW) e impulsado por Orsted.

A cierre de 2021, según el Global Wind Energy Council, la potencia instalada en el planeta alcanzaba los 57 gigavatios (GW) frente a los 780 en tierra. La apuesta por el aprovechamiento del viento en el mar está cogiendo fuerza y la prueba es que 2021 fue "el mejor año" para la eólica offshore, con 21,1 GW que entraron en servicio. Pero, si bien Europa fue pionera, China, con más de 26 GW operativos, lleva ahora la delantera.

Pese a ser el país europeo con más kilómetros de costa –cerca de 8.000— y un espacio marítimo que rebasa el millón y medio de kilómetros cuadrados, el triple que el territorio nacional, España va rezagada. El único proyecto en curso es el del banco de ensayos de la Plocan, en Gran Canaria, mientras en el viejo continente hay unos 30 GW operativos.

Tras la publicación de los planes de ordenación del espacio marítimo (Poem), que sitúan en el litoral gallego el 47% de la superficie apta para acoger molinos repartidos en cinco polígonos, las proyecciones indican que quedan al menos siete años por delante para que puedan comenzar a operar los primeros parques. Así lo explica Tomás Romagosa, el director técnico de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), que ve "necesario avanzar para que lleguemos a tiempo y en 2030 contemos con esta tecnología".

Sus estimaciones indican que tiene potencial para generar 7.523 empleos anuales equivalentes entre 2025 y 2030.

El objetivo que se ha marcado el Gobierno para afrontar la electrificación de la economía, el desarrollo del hidrógeno verde y de las tecnologías de almacenamiento energético, es contar con 3 GW instalados para entonces y que el parque de aerogeneradores terrestre alcance los 47 GW, desde los 29,8 actuales. A escala autonómica, la meta que se ha fijado la Xunta es terminar la década con 7.700 megavatios en los montes y otros 800 en el mar. Con los fondos europeos como catalizador, para lograrlo, Moncloa estima que las inversiones a desplegar en esta década superarán los 30.000 millones.

Las obras

Mientras la construcción de un parque en tierra lleva entre seis meses y un año, en el mar, el proceso se extiende por dos o tres años. Pero todavía queda mucho para eso. Una vez despejadas las zonas que el Gobierno considera aptas para instalar aerogeneradores flotantes —un ordenamiento que la Plataforma en Defensa da Pesca e dos Ecosistemas Mariños estudia impugnar ante el Tribunal Supremo al ver afectados caladeros de relevancia para la flota— todavía queda por delante aprobar la nueva regulación, como explican fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica. Será la que defina el procedimiento de autorización de las instalaciones, que se tendrá que coordinar con el otorgamiento de los derechos de uso del espacio marítimo y la conexión a la red eléctrica. El objetivo es iniciar su tramitación "tan pronto como sea posible" para lanzar este año la primera subasta de esta tecnología.

En junio de 2022, el Gobierno lanzó una consulta pública previa para elaborar esa normativa destinada a actualizar el marco anterior, de 2007. El hecho de que estuviera desfasado llevó a decretar una moratoria en junio de 2021 por la cual el Estado solo tramitaría instalaciones para prueba consio validación de prototipos y nuevas tecnologías. "Hasta que se apruebe la nueva regulación, los promotores no pueden iniciar la tramitación de sus proyectos, pero se está avanzando en su diseño, están trabajando con posibles proveedores y los están presentando a las autoridades y a la población local", explican desde el departamento que dirige Teresa Ribera.

Hasta el momento, ha recibido más de 45 solicitudes de determinación de alcance del estudio de impacto ambiental en toda España, nueve en Galicia. No todos estos proyectos saldrán adelante, pues los hay que se solapan al coincidir en el mismo polígono y otros que se plantearon fuera de las zonas identificadas como de alto potencial para la eólica marina.

Una vez que se resuelva la primera subasta, el cronograma del ministerio prevé que las tramitaciones se extiendan entre 24 y 30 meses. Los parques que obtengan autorización administrativa —la otorgará el Estado en un proceso en el que las autonomías serán consultadas— tendrán luego entre 24 y 36 meses para montar unos molinos que se instalarán en plataformas flotantes ancladas al fondos marino con catenarias o tensores. Esto sitúa el horizonte de esta tecnología en 2029.

En las pujas competitivas se adjudicará la reserva de zona y el régimen retributivo, que garantizará el cobro de un precio base al promotor. Este venderá la energía en el mercado, compensándose la diferencia positiva o negativa entre el precio del ‘pool’ y la retribución de referencia. Pero, lo primero es "trabajar para vencer el rechazo social que existe en algunos ámbitos geográficos", como indica la AEE. Y no es tarea fácil.

"Impacto en la pesca 'en mayor o menor medida'"

En el plan de ordenación de la demarcación marina noratlántica, el ministerio hace un diagnóstico en el que analiza la incidencia de la eólica en otros usos. Constata que «en mayor o menor medida» habrá interacción en la actividad de las flotas de arrastre de fondo, enmalle, palangre y bajura.

La flota artesanal

El Gobierno señala que cuando se tramite un proyecto tocará realizar «un análisis detallado y suplementario » del impacto en la pesca artesanal. Los últimos datos son del Atlas de la flota de bajura del litoral de 2021, con información hasta 2018, que la Xunta actualizará.

260 metros

Es la altura que puede alcanzar un aerogenerador en el mar, según el Idae. Esto llevó a analizar su impacto en la seguridad de los aviones. El polígono Nor 1, sito frente a la desembocadura del Miño, está parcialmente ubicado en el espacio aéreo de Portugal, por lo que se consultará a sus autoridades al tramitar un parque. Las rutas de acceso a los puertos, el impacto en la acuicultura y el riesgo en las operaciones de Salvamento también se analizaron.

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