La oportunidad laboral de la nueva Energía gallega

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Desde finales de los noventa, Galicia es líder en la producción de energía a través del viento. Cuenta con más de un centenar de parques eólicos repartidos por las cuatro provincias. La potencia instalada ya ronda los 3.000 megavatios (MW). Y el nuevo decreto de regulación del sector, aprobado recientemente por la Xunta, se marca como objetivo alcanzar los 6.500 MW de potencia autorizada en el marco de 2012.

Pero la eólica no es la única energía renovable que se explota en Galicia. A menor ritmo, otras fuentes de energía como la solar o los biocombustibles empiezan a ganar importancia en la comunidad gallega. Y de manera paralela, ha ido surgiendo una industria de componentes que surte a las principales compañías productoras. En forma de palas, torres de aerogeneradores o paneles solares, Galicia empieza a contar con un tejido productivo que, antes de 2010, superará ya los 2.000 puestos de trabajo. Y aspira a que esta cifra siga creciendo.

La eclosión de las energías renovables en Galicia no es, en realidad, un fenómeno reciente. Pero la explotación hidroeléctrica iniciada antes del franquismo no ha tenido repercusión a nivel de empleo, una vez terminadas las obras y más allá del personal encargado del mantenimiento de las centrales.

No sucede lo mismo con la energía obtenida a través del viento. Galicia cuenta con más de una quincena de fábricas de las que salen distintos materiales. Según los datos de la patronal gallega, el 80 por ciento de los componentes necesarios para construir un parque eólico se fabrican en la comunidad.

Más de un millar de empleos
La industria eólica de componentes en Galicia supera ampliamente el millar de trabajadores, sin sumar las cerca de 600 personas dedicadas a la explotación de los parques ni los miles de empleos generados durante la construcción de los mismos. La mayoría de las empresas están ubicadas en Ferrolterra, lo que permite incrementar las sinergias.  Y entre sus promotores figuran pymes gallegas, pero también multinacionales como la vasca Gamesa o la danesa Vestas. ¿Seguirá creciendo esta industria en los próximos años?

En parte, las empresas ligan el futuro de esta actividad al desarrollo del sector eólico en Galicia. Pero lo cierto es que una de estas empresas, Metalúrgica del Atlántico, invertirá 20 millones de euros en una nueva planta en As Pontes, que permitirá crear 125 empleos. De allí saldrán fustes de aerogeneradores.

Proyectos solares
Una vez consolidado el crecimiento de la industria eólica, llega el momento de la energía solar. Administración y empresarios se han encargado de tirar abajo el mito de que en Galicia no se puede aprovechar el sol para conseguir energía, teniendo en cuenta la posición preponderante de Alemania en este sector. Y conseguido esto, empiezan a llegar los proyectos.

El primero arrancó el pasado mes de septiembre. Está en Cambados y lo lidera el grupo OCV, de capital íntegramente gallego. Producirá 15.000 paneles solares térmicos, aunque tiene capacidad para doblar esa cantidad. Pero la iniciativa más importante se ubicará en las cercanías de Ourense, en el Polígono de San Cibrao, y lleva el nombre de T–Solar Global.

La factoría impulsada por la filial de Isolux supondrá una inversión de 75 millones de euros. En 2009 estará a pleno rendimiento y dará empleo a cerca de 200 personas gracias a la fabricación de paneles solares fotovoltaicos de última generación


Nuevos retos
El futuro industrial de las renovables en Galicia no sólo radica en su continuo crecimiento. También tiene por delante otros retos, como lograr adaptarse a las nuevas tecnologías y a los avances que se han ido alcanzando en esta actividad. De hecho, uno de los objetivos del nuevo decreto eólico pasa por primar la repotenciación de parques, incrementando su potencia sin necesidad de instalar más aerogeneradores.

Las factorías instaladas en Galicia también tendrán que ir poniéndose las pilas, poco a poco, en esta tarea. Será la mejor manera de que los componentes que producen no se queden, a la larga, obsoletos.


Los biocombustible también cuentan
Los biocombustibles se sitúan a medio camino en el campo de los combustibles limpios. Están considerados energías renovables, puesto que se utilizan cereales en su fabricación.

Sin embargo, también cuentan con detractores que mantienen que la quema de biocombustibles sigue generando residuos y ligan el desarrollo de bioetanol y biodiésel –las variedades más empleadas– al encarecimiento de los cereales, su principal materia prima.
En todo caso, Galicia está apostando de manera decisiva por estos combustibles. Tres proyectos de gran envergadura, dos en Ferrol y uno en A Coruña, completarán  otras iniciativas más modestas.

De la planta de bioetanol de Teixeiro, en Curtis, sale un tercio de todo el bioetanol que se produce en España. La planta es propiedad de la multinacional sevillana Abengoa, y da empleo a cerca de 85 personas. Con la ampliación prevista por esta compañía, la planta de Curtis producirá 196 millones de litros de este sustitutivo de la gasolina.


Proyectos de futuro
La eclosión de los biocombustibles todavía está por llegar, aunque ya cuenta con lugares definidos y poryectos sólidos. Y al igual que en el sector eólico, la comarca de Ferrolterra será también el epicentro de la industria del biodiésel en Galicia.

Dos de las principales plantas tendrán su ubicación en el Puerto Exterior de Caneliñas. Una de ellas está impulsada por la aragonesa Entaban Ecoenergéticas, y la segunda por Infinita Renovables, filial de Isolux. Esta última, estuvo rodeada de cierta polémica, ya que en un principio estaba prevista su ubicación en los terrenos de la Plisan, en Salvaterra do Miño.

Unidas a un tercer proyecto que lidera la multinacional Acciona en Arteixo, las tres plantas superarán una producción de 700.000 toneladas al año de biodiésel. Y entre las tres, permitirán la puesta en marcha de 500 puestos de trabajo, de los que 120 empleos serán directos.

Pero la expansión del biodiésel no termina ahí. A través del Igape, el Gobierno gallego presta apoyo a  otros proyectos como el de Begonte (Lugo), cuyas obras están a punto de ser inauguradas; el de Tecnoambiente Galicia, en Cerceda (A Coruña), que utilizará plásticos usados para obtener biocombustible; o el de Ariasa Bioenergía, en Ordes, también en A Coruña. Y a largo plazo, el uso de biomasa con fines energéticos será así mismo una realidad en Galicia. 

Ferrolterra, el polo de atracción
La comarca de Ferrolterra puede presumir de ser, en el conjunto de España, una de las zonas que acumula un mayor tejido industrial vinculado a las energías renovables. Y, precisamente, la aparición de nuevas industrias permitió aliviar los efectos que tuvo la reconversión naval en toda la comarca.

Por una parte, fueron surgiendo factorías dedicadas a la fabricación de componentes eólicos. Al mismo tiempo, otras industrias especializadas en construcción naval –como Navantia o Ventogal– lograron reorientar parte de su actividad hacia la industria del viento. De esta forma, concellos como As Somozas, Narón, Mugardos o As Pontes son ya referencia en todo el Estado.

Y ahora, los biocombustibles vuelven a situar a esta comarca en una posición de privilegio. Las dos plantas de producción de biodiésel, previstas en la dársena de Caneliñas, también convertirán a Ferrolterra en líder española.

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