La patronal analiza si el expresidente Alvariño siguió accediendo al correo interno tras dimitir

Descubre que tenía redirigido a una cuenta personal el e-mail de la presidencia. La CEG nombra secretario general de forma provisional a Jaime López pese al rechazo de Ourense y Pontevedra
Alvariño, Arias y López
photo_camera Alvariño, Arias y López

La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) inició este jueves un nuevo e insólito capítulo después de que la empresa de servicios informáticos de la patronal trasladase a la dirección la detección de "una actuación anómala". Según parece, el que fuera líder de la CEG entre julio de 2013 y noviembre de 2015, el abogado vigués José Manuel Fernández Alvariño, siguió "interceptando" los correos electrónicos dirigidos a la presidencia al haber habilitado "un desvío" a una cuenta personal, un redireccionamiento que no fue anulado tras su salida.

Según pudo saber AGN, la dirección que encabeza el coruñés Antón Arias ha encargado a los servicios jurídicos elaborar un informe para dilucidar si la gravedad de los hechos es suficiente como para emprender actuaciones legales. Deben aclarar si cabe exigir a Alvariño responsabilidades por este supuesto incumplimiento de los protocolos de seguridad o si, por el contrario, correspondía a la propia patronal realizar un seguimiento. El empresario habría tenido a su alcance las comunicaciones recibidas por su sucesor, el ourensano Antonio Dieter Moure —presidente entre enero y octubre de 2016— y las destinadas al coruñés Antonio Fontenla, que ejerció como portavoz en los meses que mediaron entre las dos convocatorias electorales de los últimos años. Tras la elección de Antonio Arias el pasado enero, el redireccionamiento de los correos se habría "cortado de forma inmediata" una vez detectado. 

Alvariño se fue en noviembre de 2015 de forma precipitada al verse desbordado por la parálisis en la que la institución se había sumido bajo su mandato, incapaz de aprobar los presupuestos de 2014 y 2015 y con una gestión empañada por la contratación de servicios de la CEG con firmas de su hólding familiar.

Al margen de esta nueva polémica que envuelve a la organización, a la que las patronales de Ourense y Pontevedra sacaron hierro, el comité ejecutivo de ayer también sirvió para designar como secretario general de la CEG de forma provisoria al letrado Jaime López, que ocupa el mismo cargo en la patronal de Lugo (CEL). Salió elegido con mayoría de apoyos a propuesta del líder de los empresarios coruñeses, Antonio Fontenla, y con el voto en contra de los tres representantes de la confederación de Ourense (CEO), cuyo primer espada, José Manuel Pérez Canal, reivindicó que resulta "incompatible" desempeñar las mismas funciones en las dos organizaciones.

La CEO se mostró partidaria de que se promoviese para el cargo a algún otro profesional de la CEG o, en su defecto, se optase por un fichaje externo. Con esta tesis se alineó el secretario general de la CEP, quien acudió para trasladar la posición del empresariado pontevedrés después de que la organización provincial resolviese suspender de forma temporal la participación de sus tres representantes, con Jorge Cebreiros a la cabeza, en los órganos de gobierno de la CEG. Acudió con voz pero sin derecho a voto.

Con el respaldo de los seis vocales que suman Lugo y A Coruña, más el voto de Antón Arias y de David Sobral y Manuel Cancelas, que ocupan los dos puestos de libre elección del presidente, López será secretario general de forma provisoria. En los juzgados aún colea el despido en octubre de su predecesor, Fausto Santamarina. Con un sueldo anual superior a los 100.000 euros, la CEG se propuso indemnizarlo con 83.000, aunque la compensación podría superar los 200.000 euros si el despido es declarado improcedente.

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