La antigua fábrica de Pascual en el municipio lucense de Outeiro de Rei reinicirá su actividad, salvo que surja algún problema con la maquinaria, a mediados del mes de marzo, según informó el gerente de Alimentos Lácteos, Roberto Casas, que este martes firmó el contrato de alquiler de la factoría, rubricado ayer por el presidente de la compañía burgalesa, Tomás Pascual Gómez-Cuétara, y puso fin a más de dos meses de negociaciones.
De momento, para reiniciar la producción, la fábrica envasará unos 450.000 litros de leche al día, procedentes de las explotaciones asociadas a las ocho cooperativas que ya forman parte de este proyecto empresarial. Alimentos Lácteos presentará su propia referencia comercial a mediados de abril, pero hasta entonces trabajará para Pascual y para varias cadenas de distribución con marcas blancas.
De hecho, Roberto Casas precisó que la nueva sociedad firmó, en realidad, tres contratos diferentes con la empresa propietaria de la fábrica. El primero de ellos hace referencia al alquiler de estas instalaciones por un período de once años, los dos primeros con una cuota bonificada.
El segundo establece las condiciones de la opción de compra que Alimentos Lácteos podrá ejercer hasta seis meses antes de que expire el plazo del arrendamiento. Por último, el tercero fija la relación comercial con Pascual, para que la factoría de Outeiro de Rei siga envasando leche para una de las marcas del grupo.
Confidencialidad
Aunque todavía sigue vigente el acuerdo de ''confidencialidad'' entre ambas empresas, que obliga a las dos partes a no facilitar más detalles de los estrictamente necesarios sobre su relación comercial, el propio Casas explicó que la fábrica de Outeiro de Rei envasará leche para ''una marca reconocida'' del grupo Pascual.
También precisó que ''la cantidad'' económica que percibirá la nueva sociedad por ese producto ''no es la ideal'', pero el citado acuerdo le dará a Alimentos Lácteos la ''oportunidad de iniciar el trabajo de fabricación con todas las garantías y con el apoyo'' de la compañía burgalesa.
De hecho, el gerente de la nueva empresa reconoció que el apoyo técnico de Pascual, que ejercerá una especie de tutela durante la fase inicial, será de gran ayuda para reiniciar la producción en la fábrica lucense. En todo caso, también anunció que Alimentos Lácteos ha realizado ''una actividad comercial importante en los últimos días'' y tiene algún otro ''contrato cerrado''.
''En los próximos días cerraremos más contratos y, en ese sentido, estamos muy satisfechos de la acogida que nos está dando la gran distribución, así como los distribuidores nacionales, regionales y locales'', precisó Casas, quien también afirmó que ''el proyecto va viento popa''. De todas formas, no se olvidó de mencionar que la empresa ya ha encargado el diseño de un logotipo y de una marca propia, que será presentada, previsiblemente, a mediados de abril.
Inicio de actividad e inversiones
De acuerdo con el calendario de trabajo previsto por Alimentos Lácteos, el departamento técnico comenzará a trabajar el miércoles en la fábrica de Outeiro de Rei para realizar el mantenimiento de la maquinaria y comprobar que todo estará listo para reiniciar la producción.
En ese aspecto, la nueva empresa cuenta con la ventaja de que los trabajadores conocen a la perfección las instalaciones de la factoría, porque desde hoy forman parte de su plantilla los 71 empleados –de los 144 que había cuando Pascual inició el ERE- que aún estaban en nómina de la compañía burgalesa.
Para evitar suspicacias, Casas dejó claro que todos ellos tienen ''plenamente garantizada su continuidad'', con ''las mismas condiciones que venían disfrutando en el Grupo Leche Pascual''. También dijo que la empresa no tiene prevista ninguna ampliación de plantilla a corto plazo, porque está dispuesta a ''estirar al máximo'' sus recursos para ''ser eficientes'' y ''retribuir un mejor precio por la leche a los ganaderos'' asociados.
Con respecto a la fecha en la que se incorporará el grueso de la plantilla a sus puestos de trabajo, explicó que Alimentos Lácteos espera que la fábrica esté preparada para reiniciar la producción en ''un plazo de dos o tres semanas'', para lo que se ''echará mano, precisamente, de la parte técnica'' del personal.
