El banco inglés JPMorgan Chase comprará Bear Stearns, el quinto mayor banco de inversión de EEUU a dos dólares por acción, lo que supone valorar esta entidad en apuros en 236 millones de dólares. El precio final de la operación, en la que se incluyen todos los activos de Bear Stearns, rondará los 2.200 millones de dólares (1.400 de euros), un importe realmente bajo.
El acuerdo ha sido anunciado en la madrugada del lunes y confirma la débil posición de las entidades financieras estadounidenses tras la crisis de las hipotecas subprime. Bear Stearns estaba al borde de la quiebra y su caída podría dar un golpe letal a todo el sistema bancario de EEUU.
La Reserva Federal (Fed) y otros organismos supervisores han dado su visto bueno a la transacción y JPMorgan Chase prevé cerrar la adquisición en el segundo trimestre de este año. Además, la Fed aportará hasta 30.000 millones de dólares para garantizar los activos de Bear Stearns que carecen de liquidez suficiente, dijo JPMorgan.
"Los clientes de Bear Stearns y sus socios pueden sentirse seguros de que JPMorgan garantizará los riesgos asumidos por el banco de inversión. Damos la bienvenida a sus clientes, sus socios y empleados y estamos encantados de ser su aliado", afirmó el presidente y director general del banco inglés, Jamie Dimon.
"La mejor salida para todos"·
Por su parte, el presidente y director general de Bear Stearns, Alan Schwartz, dijo en el comunicado que "la última semana ha sido muy difícil" para la empresa, ante los constantes rumores sobre su falta de liquidez, y ha considerado que esta operación representa "la mejor salida para todos (...) teniendo en cuenta nuestra actual situación".
El pasado viernes, Schwartz, reconoció en un comunicado que la liquidez del banco se había deteriorado "de forma significativa", y su anuncio hizo que las acciones del banco se desplomaran un 47,37% en la Bolsa de Nueva York y lastraran al resto de las firmas financieras, que en su conjunto bajaron el 3,72 por ciento.
No había bajado de 20 dólares la acción desde 1995
Con este cierre, los dos dólares que pagará JPMorgan por cada acción de Bear Stearns suponen una auténtica ganga y en última instancia los perjudicados son los accionistas, ya que los títulos del banco no han cotizado por debajo de los 20 dólares desde 1995.
El temor que se vivía desde el viernes era que si Bear Stearns se iba a pique, el banco se hubiera visto forzado a vender los títulos de hipotecas de alto riesgo a precios muy bajos. Eso hubiera hecho caer el valor de esos activos todavía más y afectado la solvencia de muchos otros grandes bancos.
