Gobierno y Banco de Portugal defienden el nuevo modelo de rescate del BES

La escisión del Banco Espírito Santo (BES) en una parte saludable y otra tóxica fue la mejor solución para los contribuyentes y para la estabilidad financiera de Portugal, argumentaron hoy el Gobierno luso y el supervisor bancario.

Ante las críticas de la oposición de izquierda, que alertó de que los 3.900 millones de euros para reflotar la parte "buena" (Novo Banco) acabarán por recaer en los contribuyentes, la ministra de Finanzas, Maria Luís Albuquerque, y el gobernador del Banco de Portugal (BdP), Carlos Costa, se justificaron en el Parlamento.

Albuquerque, la primera en intervenir, confirmó que se reducirá en 500 millones de euros el crédito procedente de fondos públicos prestados por la troika de acreedores para reflotar el nuevo BES, de los 4.400 millones previstos inicialmente a 3.900 millones, por un aporte extra del sistema financiero luso.

La ministra hizo hincapié en que el riesgo de la recapitalización del Novo Banco será, en todo caso, para el Fondo de Resolución, -creado a instancias de la UE y compuesto por 85 bancos e instituciones financieras lusas-, y no para el Estado luso.

"El responsable es el Fondo de Resolución y es alimentado exclusivamente por fondos del sector financiero (...) El responsable es exclusivamente el sector financiero", insistió Albuquerque.

Reconoció, no obstante, que este Fondo aún no dispone de recursos suficientes, por lo que el Estado luso, a través de la línea de crédito de la troika para el sector financiero, "prestará" 3.900 millones, en vez de los 4.400 millones iniciales.

"En este momento, (el montante) se restringió a 3.900 millones, porque los bancos entendieron responsabilizarse de forma inmediata", dijo la ministra, cuyo Gobierno aceptó la propuesta de los bancos para aumentar la dotación del Fondo de Resolución.

Los 85 bancos e instituciones financieras lusas del Fondo acordaron financiarlo con una dotación extraordinaria de unos 600 millones de euros, que se unen a los 367 millones que ya tenía el Fondo y a otra contribución excepcional por valor de 133 millones, lo que resulta en más de 1.000 millones.

El montante restante de la línea de crédito de troika tendrá un interés del 2,95 % en los tres primeros meses, 15 puntos base más de lo que los organismos internacionales cobran a Portugal (2,8 %).

La ministra aclaró que, en ningún caso, el Estado será accionista del banco, para evitar así eventuales pérdidas, y será el Fondo de Resolución el encargado de asumirlas si las hubiera.

La idea del Gobierno luso y el supervisor bancario es vender el Novo Banco en dos años, como máximo, para recuperar la inversión.

En caso de que el precio de venta sea menor a los 3.900 millones, la diferencia recaerá en el resto del sector financiero portugués.

Los cerca de 7.000 trabajadores del BES fueron transferidos al Novo Banco, dijo Albuquerque, quien aseguró que el Estado no tiene competencia en cuestiones de recursos humanos.

El gobernador Costa defendió la actuación del supervisor y recordó que el Grupo Espírito Santo (GES), donde estaba incluido el BES, tenía complejas ramificaciones, algunas fuera de la competencia del BdP.

Costa recordó que el pasado 1 de agosto fue la gota que colmó el vaso para decidir el rescate y la división del tercer mayor banco portugués.

El Banco Central Europeo (BCE) cerró el grifo de la financiación y "se deterioró la percepción pública" del BES, dijo Costa.

A ello siguió la suspensión de los títulos del banco en la Bolsa de Lisboa y un recorte de calificación de la agencia canadiense DBRS.

"Estábamos ante un riesgo grave de que el BES no cumpliese con sus obligaciones", agregó.

Para Costa, la intervención mediante el Fondo de Resolución se produjo "teniendo en cuenta la relevancia del BES" en la economía lusa, donde era uno de los líderes en préstamos a las pequeñas y medianas empresas.

El gobernador insistió en que la división de activos "buenos" -depositantes y ahorradores- y tóxicos, en los que se incluyen todos los accionistas, salvaguarda los intereses de los contribuyentes.

"Me felicitaron en Fráncfort (sede del BCE)" por la solución encontrada, reveló Costa, quien reconoció, no obstante, que estuvieron "al filo de la navaja".

Cuatro días después del colapso del BES, el principal índice de la Bolsa de Lisboa, el PSI-20, agravó sus pérdidas semanales al caer hoy al cierre el 2,27 %, hasta los 5.453,29 puntos.

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