El Gobierno impulsa el registro obligatorio de la jornada laboral

Plantea a los agentes sociales una reforma legal que prevé también que la empresa informe regularmente al personal de las horas trabajadas. Los sindicatos urgen a aprobar el sistema

Trabajador en el control de entrada de una oficina. DP
photo_camera Trabajador en el control de entrada de una oficina. DP

Un registro de jornada que refleje la hora de entrada y de salida de todos los trabajadores obligatorio para las empresas. Eso que lleva tiempo en el plano de las ideas y el debate, y que supone básicamente adoptar un sistema para que el personal fiche, puede pasar pronto al terreno de las normas, toda vez que el Gobierno ha decidido darle forma a través de una propuesta que modificaría varios puntos del Estatuto de los Trabajadores y que ha trasladado a sindicatos y empresarios. Las principales centrales ya han dejado clara su posición: quieren que se impulse "en breve".

Lo aseguraron este miércoles los líderes de CC.OO. y UGT, que ven en el registro una herramienta "fundamental" para atajar jornadas parciales fraudulentas o el impago de horas extra. Fue menos explícita la CEOE, que hace unos días expresó su rechazo y el miércoles, tras señalar que no conoce la medida, aseguró que "estos temas se hablarán en la mesa del diálogo social".

A la espera, lo que plantea el Ministerio de Trabajo es que sea "obligación de la empresa registrar la jornada de cada trabajador". Y "este registro será diario y deberá incluir el horario concreto de entrada y salida", según detalla en el documento de su propuesta, al que ha tenido acceso AGN. A partir de ahí, plantea que cada empleado debe recibir "un resumen escrito" de esos datos de forma regular —al menos cada mes—, de la misma manera que sus representantes deberán ser informados por el empresario "sobre el cumplimiento de lo dispuesto" y de las horas extra realizadas. El borrador prevé, además, que la compañía conservará cuatro años la información, que permanecerá siempre en el centro de trabajo "a disposición de la Inspección de Trabajo".

La propuesta del ministerio prevé que incumplir la norma será una infracción grave, y que se incurrirá en una por cada trabajador afectado

Esas son las condiciones generales, a partir de las que la propuesta contempla que los convenios colectivos podrán establecer "la forma de organización" del registro de jornada y de acceso al mismo por parte de los trabajadores. Y, como en algunos puestos fichar no es tan sencillo, deja la puerta abierta a cierta flexibilidad para algunos casos, para permitir que el propio Gobierno establezca "especialidades en las obligaciones" de control de la jornada en "sectores, trabajos y categorías que por sus peculiaridades así lo requieran".

El borrador introduce aún otro punto, para explicitar el derecho de los trabajadores a conocer su horario y que los contratos a tiempo parcial deben concretarlo.

INFRACCIÓN GRAVE. Fijadas las bases del registro, el ministerio subraya su obligatoriedad al apuntar en su propuesta que incumplir las normas constituiría una infracción grave. Y que se entenderá que el empresario incurre en una "por cada trabajador afectado", lo que puede multiplicar el castigo.

Con esta propuesta sobre la mesa, después de que la Justicia se manifestase con posiciones diferentes en la interpretación de la legislación actual y de que la idea ya llegase al Congreso a través de una proposición que no ha completado la tramitación, está por ver con qué fórmula intenta sacar adelante la reforma el Gobierno, porque algunos medios apuntan que se plantea la opción de un decreto.

A la espera, CC.OO. urgió este miércoles a impulsar el registro desde el diálogo social y prevé un acuerdo "en las próximas fechas" con la CEOE. O, si no es posible, con el Gobierno. Ante una reforma que también la CIG lleva tiempo exigiendo, UGT cuestionó que "se proteste por el coste, porque todas las firmas tienen sistema informático".

Horas extra no pagadas como para emplear a 74.700 personas
El registro se presenta, entre otras cosas, como sistema de control —y de prueba— de las horas extra que realizan los trabajadores, que son tantas que superan los 6 millones a la semana en España. Y, de esas, también se cuentan en esa magnitud las que no se pagan: 2,98 millones de horas a la semana de media en el segundo trimestre de este año. Redistribuidas en contratos de 40 horas semanales ocuparían a 74.700 personas, como constata CC.OO. en un informe publicado ayer.

En total, en el segundo trimestre se contabilizaron 6,82 millones de horas extra de media a la semana, entre las pagadas y las no retribuidas, repartidas entre unas 825.500 personas. Los datos están extraídos de la encuesta de población activa (Epa), que muestra que es la cifra más elevada desde el mismo período de 2009.

La estadística también revela que solo se compensaron, con dinero o con descanso, el 56% de las horas extra realizadas, una tasa que todavía es bastante inferior en Galicia. Según CC.OO., de las 373.500 realizadas a la semana en la comunidad, no se pagaron ni la mitad (183.586), que bastarían para crear 4.750 empleos.

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