Galicia se engancha al hidrógeno verde

Con el plan del Gobierno hasta 2030 y los fondos europeos como faro, este gas impulsará la descarbonización. Servirá de combustible para vehículos, industrias y hogares y como vía para almacenar el excedente que produzcan las renovables
Repostaje de hidrógeno.CNH2
photo_camera Repostaje de hidrógeno.CNH2

Con el año 2050 como horizonte para la descarbonización total de la economía, una meta que pasa por contar con un sistema eléctrico 100% renovable para entonces, el hidrógeno verde está llamado a ser uno de los motores de la transición ecológica en España y en Europa. Prueba de ello es que los proyectos afloran en Galicia desde que el 6 de octubre el Consejo de Ministros aprobó la Hoja de Ruta del Hidrógeno Renovable, que contempla una inversión de 8.900 millones de euros en la próxima década, reforzada con fondos de reconstrucción europeos.

Entre otros objetivos, España se ha propuesto llegar a 2030 con 150 autobuses, dos líneas de tren y 5.000 vehículos ligeros y pesados para transportar mercancías impulsados con este gas. Su combustión libera vapor de agua a la atmósfera, evitando el dióxido de carbono (CO2) que emiten los carburantes de origen fósil y que es el principal causante del efecto invernadero. Tener estaciones de servicio para repostar será clave y la idea es contar con entre 100 y 150 por todo el país. Hoy por hoy, Hyundai y Toyota ya venden coches eléctricos en España con pila de hidrógeno.

Para 2030, el Gobierno también ha fijado que el 25% del consumo de hidrógeno en la industria —se utiliza en la producción de fertilizantes, plásticos, amoníaco, en las refinerías o en la metalurgia— sea limpio. Ahora el 95% de las 500.000 toneladas que anualmente se consumen se obtiene a través del reformado de gas natural, nafta o de otras materias fósiles. Por esta vía se produce el conocido como hidrógeno marrón o gris, pues en el proceso se emite CO2, además de perpetuar la dependencia de España de las importaciones de vectores energéticos con precios oscilantes.

En la senda que lleva a 2030, España aspira, por otra parte, a contar con 4.000 megavatios de potencia instalada en electrólisis, la tecnología mediante la cual se consigue descomponer el agua (H2O) en hidrógeno y oxígeno por medio de una corriente eléctrica. Actualmente, solo el 5% del hidrógeno que usa la industria española se obtiene mediante este procedimiento pero, a la larga, la clave para que el gas sea 100% renovable y reducir a cero la huella ambiental es que la electricidad empleada en el proceso sea de origen limpio. De ahí que esta hoja de ruta vaya pareja al fuerte desarrollo de la potencia eólica terrestre y marina y de la fotovoltaica.

"España tiene potencial para producir el hidrógeno más barato de Europa y exportar", indica Javier Brey, el presidente de la AeH2

 

"El hidrógeno es la pieza clave para la descarbonización de todos los sectores", constata Javier Brey, presidente desde hace once años de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), que también apunta a su utilización residencial como alternativa al gas natural, el butano y el propano.

ALMACENAMIENTO

Ingeniero, investigador, empresario y profesor universitario apasionado en la economía del hidrógeno, un campo en el que suma 23 años de experiencia, llama a no perder de vista que, además de servir como combustible, tiene un gran potencial como sistema de aprovechamiento del excedente producido por las renovables para su uso en horas en las que no haya viento o luz solar.

hoja de ruta española del hidrógeno

Este papel como solución de almacenamiento estacional masivo lo jugarán las pilas de combustible. "Se trata de un dispositivo electroquímico que transforma el hidrógeno continuamente en energía eléctrica y lo único que suelta es agua", expone Brey que, ve en las baterías de litio una solución de acumulación de energía sobrante para su consumo más inmediato, en el mismo día.

Al frente de una patronal que suma 200 socios de toda la cadena de valor y fundador de la compañía H2B2 Electrolysis Technologies, Javier Brey está convencido de que España podrá "producir el hidrógeno más barato" de Europa por su potencial en energías renovables. Además de surtir el mercado interno, el país estará en posición de "exportar al norte de Europa" la materia prima e incluso el I+D y de convertirse en la puerta de entrada al viejo continente del gas renovable que se generará en el norte de África. "Al contar con una estrategia e inversiones nos hemos colocado muy en cabeza para liderar el desarrollo en Europa y el mundo", resume el presidente de la AeH2, que destaca que Galicia es de las autonomías que han presentado más proyectos al Ministerio para la Transición Ecológica.
 

La Xunta proyecta varias plantas con una inversión de 76 millones
Las muestras de interés trasladadas al Ministerio para la Transición Ecológica en relación con la producción de hidrógeno verde y su cadena de valor se suceden en Galicia tanto desde la iniciativa pública —con respaldo de la Xunta o la Zona Franca de Vigo—, como privada, de la mano de Naturgy, Endesa, Reganosa o Repsol. Entre los primeros proyectos tractores que presentó el Ejecutivo gallego figura la producción de este gas "a través da instalación de varias plantas" y movilizando 73 millones de inversión pública y privada.

As Pontes: el foco de dos proyectos
Una de esas instalaciones que promueve la Xunta recalará en As Pontes y, en su definición participa Reganosa. Tendrá 50 megavatios ampliables a 100 y la idea inyectar a la red de gasoductos y suministrar a la industria. Todo indica que el proyecto está bien posicionado, pues en la hoja de ruta que el Gobierno central aprobó en octubre figura "crear un hub" de producción y transporte de hidrógeno verde en la provincia para descarbonizar las factorías y la movilidad. También en As Pontes, para paliar el cierre de la térmica, Endesa proyecta una planta con un electrolizador de 100 MW, asociado a seis parques eólicos de 611 MW.

Más renovables
La Xunta incide en que la electricidad que se utilizará para producir el hidrógeno derivará del desarrollo de los 1.000 MW de eólica y fotovoltaica que constituyen otro de los proyectos tractores con los que Galicia concurre a los fondos europeos.

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