El fiscal de Pescanova exculpa a los bancos porque la empresa les "engañó"

El abogado de Fernández de Sousa pide la anulación del juicio
Manuel Fernández de Sousa (d), junto a los máximos responsables de la empresa entre 2009 y 2013. EFE
photo_camera Manuel Fernández de Sousa (d), junto a los máximos responsables de la empresa entre 2009 y 2013. EFE

La defensa del expresidente de Pescanova Manuel Fernández de Sousa ha pedido la nulidad del juicio por la quiebra de Pescanova al entender que no hubo estafa —uno de los ocho delitos que se le imputan—, puesto que los bancos no sufrieron perjuicio alguno y no figuran personados como acusación. En la primera sesión del juicio contra Fernández de Sousa y otros 19 acusados, que ha arrancado con una hora y cuarto de retraso, las partes han comenzado a exponer las cuestiones previas, que para la Fiscalía y el resto de acusaciones se han limitado a erratas en algunos de los documentos aportados.

Ya por la tarde, el fiscal anticorrupción Juan Pavía ha rechazado de plano la petición de la defensa del expresidente de suspender el juicio e imputar a los bancos que concedieron créditos a la compañía a partir de 2010 para sanear sus cuentas, ya que considera que ésta les "engañó" sobre su situación financiera real.  En los años 2010 y 2011, el volumen de la deuda de la empresa era entre tres y cuatro veces superior a lo que declaraba, según el escrito de acusación de la Fiscalía, una situación que la compañía decidió combatir recurriendo a la financiación bancaria, principalmente. 

Casi siete años después de la quiebra de la sociedad se sientan en el banquillo sus máximos responsables entre 2009 y 2013

En la sesión de la tarde de esta primera jornada del juicio, el fiscal ha replicado que decir que la banca ha resultado beneficiaria de los hechos por los que Pescanova está investigada y que ha de reembolsar la cantidad correspondiente a los intereses cobrados es "desconocer" que la compañía está acusada de delito de estafa por haber engañado a las entidades financieras. En este sentido, el representante del Ministerio Público ha defendido ante el tribunal, la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal, su escrito de acusación y ha subrayado que, según sus conclusiones provisionales, los bancos no conocían realmente la situación de insolvencia de Pescanova. 

Con estos argumentos, Pavía ha rechazado también la otra petición que había esgrimido el abogado de Fernández de Sousa en la sesión de la mañana, y era que, en su opinión, no se puede juzgar a su cliente por el delito de estafa porque ninguno de los bancos a los que supuestamente se ocultó el estado de Pescanova se ha personado como acusación particular en el procedimiento. 

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Casi siete años después de la quiebra de la sociedad se sientan en el banquillo sus máximos responsables entre 2009 y 2013, acusados de poner en marcha un entramado dirigido a ocultar la millonaria deuda del grupo y engañar así a inversores, acreedores y organismos reguladores. La firma acudió en 2013 al preconcurso de acreedores y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidió suspender las acciones de cotización, una situación en la que se mantuvo más de cuatro años.

La reestructuración de la compañía se cerró en 2015 con su escisión en dos partes: la productiva quedó bajo control de la banca acreedora, agrupada hoy en Nueva Pescanova, que, según el letrado de Fernández de Sousa, debería estar en el proceso "si no como responsable penal, sí como civil", mientras la "vieja" continúa como una sociedad de cartera en manos de los minoritarios.

Esta última ha publicado este lunes un comunicado en el que rechaza su imputación y sostiene que "sus más de 9.000 accionistas no sólo no se beneficiaron de las actuaciones de los administradores y directivos acusados, sino que en realidad fueron los principales perjudicados por estas actuaciones".

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