El Estado vota en contra de los nuevos sueldos de los directivos de CaixaBank

Trabajo requiere a esta entidad y a BBVA rigor con los Ere que negocian y les llama a reducir las 11.200 salidas que plantean
El presidente de Caixabank,  Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, durante una reunión de la Junta General de Accionistas de Caixabank. ROBER SOLSANA (Eurpoa Press)
photo_camera El presidente de Caixabank, Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, durante una reunión de la Junta General de Accionistas de Caixabank. ROBER SOLSANA (Eurpoa Press)

El Estado escenificó este viernes su rechazo a los elevados salarios que perciben los banqueros mientras diversas entidades impulsan ajustes de empleo en sus plantillas. Lo hizo a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) con su voto en contra a la política de remuneraciones para los primeros espadas de Caixa- Bank tras su fusión con Bankia.

El Frob tenía en esta última entidad una participación cercana al 62% y, tras la integración, pasó a ostentar el 16% de la nueva Caixa-Bank, por lo que su voto no evitó que los sueldos de la cúpula salieran adelante en la junta de accionistas celebrada ayer en Valencia. Con todo, el Gobierno lanza con su postura un mensaje en línea con el que ya dieron varios ministros y el presidente Pedro Sánchez, quien tachó de inaceptable que haya despidos "en empresas de sectores ganadores de la crisis mientras se tienen salarios de seis cifras".

Lo que el Estado rechazó ayer es que el consejero delegado de Caixa-Bank, Gonzálo Gortázar, vaya a percibir una remuneración fija de 2,26 millones y el nuevo presidente, José Ignacio Goirigolzarri, cobre 1,65 millones fijos, a los que se sumarán hasta un máximo de 200.000 euros en concepto de retribución variable. Este último obtuvo en 2020 una retribución de 500.000 euros como presidente de Bankia tras renunciar a la remuneración variable. Este viernes defendió que su sueldo y el de Gortázar son inferiores a la media de otras entidades comparables en España.

AVISO POR LOS ERE. La polémica por las elevadas remuneraciones surge en medio de las negociaciones para aplicar un expediente de regulación de empleo (Ere) que podría implicar la salida de 7.791 empleados. Al mismo tiempo, BBVA plantea prescindir de 3.450 trabajadores. Con ese telón de fondo, el Ministerio de Trabajo ha remitido a ambas entidades sendos escritos para avisarles de que están obligadas a negociar con los sindicatos medidas para evitar o reducir las salidas planteadas y a atenuar el impacto sobre los afectados. El Gobierno les recuerda también que la autoridad laboral debe velar por la efectividad del periodo de consultas y les requiere que sea «estrictamente riguroso» con la normativa.

La vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, explicó ayer que el objetivo de los escritos remitidos a CaixaBank y BBVA es "hacer una advertencia legal" y lanzó un mensaje a la banca: "No son tiempos de despidos". La ferrolana recordó que el Gobierno no tiene "posibilidad legal" de actuar sobre los despidos colectivos tras eliminar el PP la autorización administrativa previa en los Ere. Antes de asistir en A Coruña a la presentación del libro La estabilidad fiscal en España: los deberes pendientes, del economista gallego Santiago Lago, Díaz recordó que muchas entidades han recibido «ingentes cuantías públicas" y tienen beneficios.

Yolanda Díaz asegura que no se abaratará el despido como receta el Banco de España

Un día después de que el Banco de España abogara por reducir a la mitad las indemnizaciones por despido, la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aseguró que el Gobierno no adoptará una medida así y recomendó al regulador que se centre en sus competencias. También cerró la puerta a la receta de instaurar la mochila austriaca, un fondo nutrido por las empresas que el trabajador puede recuperar si se queda en paro o al jubilarse. Díaz apeló, además, a cambiar la «cultura de la temporalidad.

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