El mensaje positivo de Fitch sobre la economía española respalda el optimismo

La revisión al alza de la perspectiva del rating de España anunciada por Fitch el viernes ha respaldado la euforia desatada últimamente sobre la recuperación de la confianza en España, un optimismo que se ha visto impulsado con la salida de la recesión, las reformas adoptadas y la llegada de capital extranjero.

Operaciones como la protagonizada por el magnate de las telecomunicaciones Bill Gates en FCC, en la que ha desembarcado como segundo mayor accionista, o la compra del fabricante español de envases de hojalata Mivisa por parte del grupo industrial estadounidense Crown Holdings por 1.200 millones de euros se perciben como una señal de que algo está cambiando en la economía española.

Ya lo aventuró recientemente el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, quien subrayó en un acto en Nueva York que se había producido un cambio "muy drástico" y que el actual "es un momento fantástico para España" porque "llega dinero de todas partes".

La llegada de capital extranjero también se ha dejado notar en el mercado inmobiliario español. Según los datos del Consejo General del Notariado, la compraventa de viviendas efectuadas por extranjeros en España creció un 13,6 % hasta junio.

Además, de acuerdo con un estudio realizado por la firma Knight Frank, los fondos internacionales están dispuestos a invertir el próximo año hasta 14.000 millones de euros en el sector inmobiliario español.

La ligera mejora de las previsiones macroeconómicas por parte del Ejecutivo español, que prevé un aumento del 0,7 % del PIB para 2014 y una rebaja de décimas en la tasa de desempleo hasta el 25,9 %, van en sintonía con las previsiones de Fitch, que se muestra confiada en que la economía española comience a recuperarse en 2014 de la mano de las exportaciones netas.

Además, el rendimiento del bono español a diez años bajó ayer al 3,963 %, con lo que cierra por debajo del 4 % por primera vez desde el 15 de octubre de 2010, todo ello en una jornada en la que la prima de riesgo española cerró en 228 puntos básicos, en mínimos desde junio de 2011.

Sin embargo, es pronto para lanzar las campanas al vuelo. A pesar de premiar la consolidación fiscal que está llevando a cabo el país y las reformas del Gobierno en el mercado laboral, en el sistema de pensiones y en el sector financiero, la agencia de rating prevé que el crecimiento seguirá siendo muy débil, con un crecimiento del PIB en torno al 0,5 % en 2014.

Aunque mantiene la calificación de la deuda de España en BBB, el cambio de perspectiva de la economía española anunciado ayer por Fitch abre la puerta a que las otras dos grandes agencias de medición, Standard & Poor's y Moody's, sigan la misma tendencia y lancen un mensaje positivo sobre la evolución de la economía española que se traslade a su vez a las empresas del país.

Tanto Standard & Poor's como Moody's mantienen en negativo la perspectiva de España, a la que califican con Baa3 y BBB-, respectivamente o, lo que es lo mismo, un aprobado bajo.

Desde el Gobierno las voces son unánimes. El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, coincide en que se ha producido un cambio de "inercia" de la economía española que podría verse reflejado en las previsiones de los organismos internacionales como la Comisión Europea (CE) o la OCDE.

"España y el Gobierno han hecho los deberes y la confianza se está recuperando", señalaba recientemente la ministra de Fomento, Ana Pastor.

En la misma línea se manifiesta el titular de Industria, José Manuel Soria, que percibe también una "mayor confianza y credibilidad" en la economía española, mientras que el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, cree que operaciones como la de Gates en FCC ponen a España "como foco de inversión en todos los mercados del mundo", y demuestra que la inversión extranjera está volviendo.

Pero, a pesar de reconocer que los nuevos datos macroeconómicos animan y son un mensaje de que se empieza a ver que los esfuerzos que se han hecho han servido para algo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, advirtió la pasada semana de que "aún queda mucho" por hacer.

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