¿Cómo planificar el impacto del covid y los PGE en la declaración de la renta?

Economistas y técnicos de Hacienda desgranan recetas a aplicar antes de fin de año para minorar la factura fiscal en 2021
Un ordenador portátil. EP

El 2020 entra en su recta final y la excepcionalidad de la pandemia extenderá su huella incluso a la declaración de la renta que tocará realizar entre abril y junio del próximo año. Al impacto de las prestaciones por desempleo ligadas a los expedientes de regulación temporal de empleo (Erte) en el IRPF, se suma el aumento de las deducciones a quienes realicen donativos a entidades benéficas y la posibilidad de anticiparse al golpe que supondrá la subida de tipos que penalizará a quienes ganen más de 300.000 euros y a las rentas del ahorro superiores a los 200.000. Estas últimas son medidas incluidas en los presupuestos generales del Estado, que también reducen a partir de enero la bonificación fiscal de las aportaciones a planes de pensiones individuales.

Rescate del plan de pensiones
El Consejo General de Economistas recuerda que quienes tuvieron que echar mano de sus planes de pensiones o de previsión debido a que se vieron afectados por un Erte o porque, siendo autónomos, tuvieron que pedir la prestación por cese de actividad por el covid tendrán que tributar por la cuantía rescatada como rendimiento del trabajo. ¿Y qué pasa con los que se jubilan? Si el dinero se recupera de una tacada, se puede aplicar una reducción del 40% sobre la parte que corresponda a las primas satisfechas antes de 2007. En cambio, si se cobra como una renta mensual, no cabe este incentivo, pero el tratamiento fiscal es menos gravoso. Si el contribuyente se jubiló en 2012 y no recuperó su dinero hasta ahora no debe perder de vista que la reducción del 40% tiene un plazo máximo de aplicación que expira el próximo 31 de diciembre. Esta fecha también rige para quienes se retirasen en 2018. En cambio, quienes lo hagan este año conservan el derecho hasta enero de 2023.

Aportaciones al plan de pensiones propio y del cónyuge 
Quienes hagan aportaciones a estos instrumentos deben acordarse de que 2020 será el último en el que podrán deducirse en la base imponible del IRPF una contribución equivalente al menor de los siguientes límites: 30% de la suma de los rendimientos del trabajo y actividades económicas u 8.000 euros.

Los economistas reiteran que puede ser "interesante agotar el límite", dado que en 2021 ese techo se reducirá a 2.000 euros. En esta línea, la aportación máxima del contribuyente al mecanismo de previsión del cónyuge —cuyos ingresos no superen los 8.000 euros anuales— bajará de 2.500 a 1.000 euros.

Según el sindicato de técnicos de Hacienda Gestha, la ventaja fiscal de estos instrumentos es utilizada "por la mitad de los declarantes que ingresan más de 60.000 euros", dado que, dependiendo de la comunidad en la que tributen, llegan a ahorrarse el equivalente al 45% de lo que inyectaron en el plan de pensiones. Con la reforma que entra en vigor en 2021, el Ejecutivo pretende poner coto a esta situación.

Heredar un plan de pensiones y el IRPF de los fallecidos en 2020
El contribuyente que reciba este año en herencia los derechos con solidados de un plan de pensiones deberá tributar por el IRPF y no por sucesiones, pues las prestaciones se consideran rendimientos del trabajo. El año en el que acaezca el fallecimiento determinará el límite temporal de la aplicación de la mencionada reducción del 40%.

Aprovechar la deducción por compra de vivienda habitual
Quienes se hipotecasen antes de 2013 y tengan derecho a la desgravación por compra de vivienda habitual pueden aprovechar para amortizar más cuotas del crédito antes de que acabe 2020, con un límite del 15% de las cantidades invertidas o de 9.040 euros.

Hacer cálculos para compensar pérdidas con ganancias
En un año negro en las Bolsas, en la recta final del año cabe hacer cálculos para tratar de compensar las pérdidas registradas en fondos de inversión, acciones u otros productos financieros con las ganancias patrimoniales logradas.

Ganancias por la venta de la vivienda habitual
Aquellos que vayan a vender su casa deben recordar que en 2021 el tipo del IRPF para las bases liquidables del ahorro superiores a 200.000 euros subirá del 23 al 26%, un cambio que se notará al hacer la declaración en 2022. Si la transacción se sella este año, se tributará en 2021 a un tipo entre el 19 y el 23%, dependiendo de la comunidad. No obstante, Gestha recuerda que se podrá "neutralizar" la tributación de las plusvalías si lo que se ingresa con la venta se reinvierte en otra vivienda habitual en un plazo de dos años. Cabe recordar que el tiempo transcurrido del 14 de marzo de este año al 30 de mayo no cuenta por el estado de alarma.

Si el vendedor es mayor de 65 años, dependiente severo o gran dependiente no tendrá que tributar por las ganancias. Pero, ¡ojo!, pues si uno de los dos cónyuges propietarios no ha cumplido los 65 solo la mitad de la plusvalía estará exenta. A esa edad, este incentivo se extiende a la venta de otros bienes, como acciones o una farmacia, hasta un límite de 240.000 euros y siempre que el dinero se destine a constituir una renta vitalicia en los seis meses tras la enajenación. El estado de alarma no computa.

Alquileres condonados o con moratoria en el pago
En este caso, cabe dejar constancia por escrito de lo acordado entre el propietario y el inquilino de un piso o de un local comercial. El dueño solo deberá tributar por los rendimientos obtenidos en 2020 y podrá deducirse los gastos derivados, incluso aunque no haya cobrado la renta correspondiente. Los pagos aplazados se declararán cuando se hagan efectivos. Por su parte, el arrendatario que tenga derecho a deducción deberá calcularla conforme a lo que pagó.

Los Erte y la deducción por maternidad
Los miles de afectados por los Erte estarán obligados a declarar y es muy probable que el resultado sea a ingresar si sus ingresos superan los 14.000 euros y el monto de las prestaciones —que Hacienda considera rendimientos del trabajo— rebasa los 1.500 euros. Las asalariadas afectadas por Erte que implicase suspender su contrato y las autónomas que cobrasen el cese de actividad perderán la deducción por maternidad mientras estén en paro.
 

La solidaridad en la pandemia tendrá premio en el IRPF
Ser solidario en plena crisis sanitaria será compensado. La desgravación será del 80% en los primeros 150 euros donados y de un 35% en el resto de aportaciones. Este límite sube al 40% si la cantidad que se entrega a una oenegé no se ha recortado en los últimos tres años.
Donaciones al Tesoro
Estas deducciones se extienden a los donativos en favor del Tesoro Público para contribuir a financiar los gastos que provocó la pandemia, como la compra de equipos sanitarios, la investigación o la contratación de personal.
Solicitar el certificado
Gestha recuerda que hay que pedir a las entidades a las se apoya el certificado con el detalle de las fechas e importes donados.
Los ‘business angels’
Lo que seguirá como en años anteriores es el incentivo para aquellos que ayuden a un emprendedor a poner en marcha una empresa. Estos ‘business angels’ se benefician de deducciones del 30% (sobre una base máxima de 60.000 euros) en la cuota estatal del IRPF. Si al salir del capital de la sociedad reinvierten en otra, se beneficiarán de una exención de la ganancia que registren. Gestha señala que se trata de la desgravación "más rentable" en el IRPF para las rentas alta tras los planes de pensiones.
Incentivos en Galicia
En Galicia, la Xunta también aplica una deducción en la cuota autonómica del IRPF por invertir en empresas de nueva o reciente creación. Es del 30% con un tope de 6.000 euros. También tiene incentivo la concesión de préstamos. Además, apostar por una empresa o cooperativa agraria está premiado fiscalmente.

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