¿Cabe en la UE un plan para blindar el margen de las granjas como en EE.UU?

Se cita con frecuencia en los debates sobre la política láctea comunitaria, pero su viabilidad y efectividad generan división. Su financiación podría conllevar la retirada de ayudas de la PAC
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La política agraria norteamericana (Farm Bill), que carece de ayudas directas al ganadero como las que brinda la comunitaria, estableció hace algo más de dos años un innovador instrumento para compensar a las explotaciones lácteas que se ven abocadas a perder dinero cuando bajan los precios de la materia prima o repuntan los costes de producción. Se llama programa de protección de márgenes y está cada vez más presente en foros en los que se discute sobre la política láctea en la Unión Europea, especialmente ante la creciente volatilidad de los precios en origen. ¿Sería viable y eficaz establecer una herramienta similar en la UE para tratar de evitar que las granjas pierdan dinero en crisis como la vivida en los dos últimos años? Algunos expertos del sector consideran que debería considerarse esa posibilidad mientras otros se muestran en contra.

En este último grupo se encuentra un miembro de la dirección general de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea, Carlos Martín Óvilo, que cree que el modelo de la política agraria común (PAC) tiene más ventajas. Su postura la argumenta en un libro presentado el jueves en Santiago en el que una treintena de expertos —varios de ellos gallegos— analizan la marcha del sector lácteo español desde la implantación de las cuotas hace tres décadas, sus flaquezas actuales y retos urgentes. En su parte, Óvilo desgrana primero en qué consiste el programa de los Estados Unidos para explicar por qué, en su opinión —independiente a la que pueda tener la CE— "dista mucho de proteger realmente los márgenes" de los ganaderos. El Gobierno calcula cada mes un precio medio de la leche cruda y un coste de alimentación del ganado, establecimiento un margen genérico a partir de la diferencia de ambos indicadores que determinará si un productor debe ser compensado. Este puede de forma voluntaria pedir protección para márgenes de entre 8 y 16 céntimos por kilo de leche sobre entre el 25 y 90% de la producción anual a cambio de pagar una prima en función del riesgo cubierto. Si el margen fijado por el Ejecutivo es inferior al suscrito por la explotación en un periodo de dos meses, tendrá derecho a percibir un pago compensatorio por la diferencia entre ambas cuantías.

Tras señalar que la mitad de las granjas norteamericanas no se han interesado por este instrumento, Óvilo destaca que, tal y como está diseñado, "solo desencadenaría pagos en situaciones extremas" porque el nivel de cobertura mínimo es muy bajo y suscribir los más altos implica el pago de primas "elevadas", unos 200.000 euros anuales para una explotación de 1.000 cabezas, bastante frecuente en EE.UU. Pone en entredicho además la representatividad de los parámetros medios calculados a nivel estatal. Si ya en Estados Unidos es complejo establecer establecer un margen promedio nacional que sea representantivo teniendo una estructura de costes más homogénea "imaginen la dificultad de definir uno en la UE que sirva tanto para Irlanda como para Finlandia y España", sostiene. Además, el peso de la alimentación en los costes de las granjas del viejo continente es inferior, del 50% frente al 80%, y varían mucho entre estados.

RENUNCIAR A AYUDAS. Al margen de esas trabas, quizás el hándicap más reseñable para poner en marcha un programa similar a este lado del charco es la disponibilidad presupuestaria. Teniendo en cuenta que la política agraria norteamericana no cuenta con pagos directos, iniciativas de desarrollo rural o fondos para retirar productos lácteos del mercado y aligerar excedentes, el autor del artículo se pregunta si para financiar un plan de protección de márgenes de ese tipo el sector estaría dispuesto a renunciar a algunos de esos instrumentos. Para muchas explotaciones gallegas, las subvenciones que reciben cada año de Bruselas so como un salvavidas.

Con la revisión de la PAC a partir de 2020 encima de la mesa, el director general de Feiraco, José Luis Antuña, advirtió de que la política agraria "va hacia un camino antiprotección". "Esto desaparece", advirtió en una jornada en la que se abordaron los retos y oportunidades del sector en Galicia. Y afirmó que los 500 millones de euros que Bruselas liberó a partir de verano para apoyar al lácteo en su crisis "son los últimos".

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