La escasez mundial de microchips que tanto está afectando a la industria automovilística no solo entorpece la actividad de las fábricas sino que también retrasa las ventas de los concesionarios y aboca a muchos de sus clientes a soportar esperas más largas de los habitual para tener en sus manos el vehículo que vayan a adquirir.
Los datos que maneja la patronal de concesionarios Faconauto cifran en unos 250.000 los pedidos que acumulan los establecimientos en España en la recta final del año. Se trata de ventas en firme realizadas principalmente en el último trimestre del año que no se convertirán en matriculaciones "hasta los primeros meses de 2022", a medida que las unidades vayan llegando de las factorías.
La consecuencia para los compradores va más allá de la demora en la entrega del automóvil, pues hay que tener en cuenta que el 1 de enero sube el impuesto de matriculación. Y es que se descongelará la subida de este tributo, paralizada desde el pasado julio. Faconauto advierte de que los vehículos se encarecerán entre 800 y 1.000 euros de media, un aumento sobre el precio actual que tendrán que asumir los clientes "por una situación totalmente ajena a ellos" como es la crisis de los chips.
A falta de sumar los datos de diciembre, entre enero y noviembre se matricularon en Galicia 22.543 turismos y todoterreno, lo que supone un 14,3% menos que en el mismo periodo de 2020
Así, quienes ya tienen encargado el coche que van a adquirir pero no pueden cerrar la operación por los retrasos en las entregas tendrán que pagar más por el vehículo. Con ese telón de fondo, desde Faconauto han explicado esta situación al Gobierno y a los demás partidos políticos en el marco de la tramitación de los presupuestos para 2022, pidiendo una segunda prórroga en la aplicación de los nuevos tramos del impuesto de matriculación. Llaman a mantener congelada la subida "mientras se regulariza el mercado y para no penalizar injustamente a esos miles de compradores" que esperan a que les llegue su turismo.
MERCADO. Además de los daños colaterales que la escasez de semiconductores provoca sobre los ciudadanos, la patronal de concesionarios alude al impacto para estos puntos de venta. Si se estima el valor medio de esos 250.000 vehículos pendientes de entregar en unos 20.000 euros por unidades, el atasco impide a los establecimientos dar por cerradas operaciones que le reportarán al menos 5.000 millones de euros.
A falta de sumar los datos de diciembre, entre enero y noviembre se matricularon en Galicia 22.543 turismos y todoterreno, lo que supone un 14,3% menos que en el mismo periodo de 2020. Cuando el impacto de la pandemia sobre la demanda todavía no había remitido, la crisis de los chips se convirtió en un nuevo lastre para el sector al achicar la oferta.
