Alvariño pide "estabilidad" preocupado por la fragmentación política

El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), José Manuel Fernández Alvariño, ha reconocido hoy su preocupación por la fragmentación política tras las elecciones del 24M y ha demandado "estabilidad" en las administraciones. Alvariño, protagonista de un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, ha señalado que "el papel lo aguanta todo" frente a la "cruda realidad" que hay que afrontar a la hora de gobernar, y ha puesto como ejemplo a Syriza, que "sigue bajando sus líneas rojas", ha dicho.

El presidente de la patronal gallega ha señalado que lo mismo le preocupa "la sonrisa cínica" del presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante la pitada al himno nacional en la final de la Copa del Rey, que "un líder", en alusión a Pablo Iglesias, de Podemos, diga que "van a asaltar el cielo". Sobre la actitud de Mas, ha abundado en que "no es agradable" verlo sonreír junto al Rey Felipe mientras se silba al himno nacional, porque, ha añadido, "se juega con la economía, con la imagen" del país. "¿Quién va a venir a invertir a Galicia, a España, dando esa imagen de fragmentación?", ha preguntado.

Cuestionado por el éxito electoral de las Mareas, Alvariño ha insistido en demandar "gobiernos estables", sin entrar en "los colores", y de hecho, ha dicho que esa pluralidad "es buena para la democracia". En todo caso, ha recalcado que "los nuevos mandatarios no pueden frenar el desarrollo empresarial" y que debe garantizarse la seguridad jurídica que, "en algunos casos, se está quebrando" en España, sin concretar dónde.

Alvariño ha coincidido con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien lo ha presentado en el acto, en valorar los datos del paro de mayo, y ha pedido "que no se critique el empleo" que se genera y que "no se le ponga apellido" de si es estable, estacional y "blablabla". Ha considerado que gracias a la flexibilidad propiciada por la última reforma laboral, que no satisface plenamente a los empresarios, ha dicho, "pudimos bajar empresas".

Sobre las revisiones salariales, cree Alvariño que "hay que borrar el IPC" como referencia, y que hay que ligarlo al aumento de la capacidad productiva y a la competitividad de las empresas. "Ahí hablamos lo que quieras", ha dicho. El presidente de la CEG ha presumido de una "magnífica relación" con dos sindicatos, aquellos que "han evolucionado", y ha clamado por organizaciones sindicales "coherentes, modernas", frente a aquellas que "rompen" y "ponen la zancadilla".

Alvariño ha presumido de buenas relaciones con la Xunta, a la que ha puesto deberes, como una coordinación entre los tres aeropuertos -"¿a quién se la tengo que pedir?", ha dicho-; o reclamar "la diferencia" de financiación con respecto a las comunidades autónomas "que no cumplen" con los objetivos de déficit. También ha demandado un "plan concreto" de conciliación laboral y familiar, una política fiscal que no sea "disuasoria" sino que contribuya al crecimiento económico, y "agilidad" y "transparencia" en la administración.

Preguntado por la fuga de empresas a Portugal, ha dicho que no le preocupa, y que lo que hay que potenciar es su implantación ofertando "precios -de suelo industrial- de ahora". Sobre la CEG, ha dicho que el proceso de reestructuración interna que hay abierto "provoca líos", y que el objetivo final es "vivir de los ingresos propios".

Al presidente de la patronal pontevedresa, Jorge Cebreiros, le ha dado la enhorabuena por su victoria en un proceso que se ha judicializado, y le ha dado "ánimos", a la vez que la pedido que no "ceda". También ha sido preguntado por si ve el futuro político de Feijóo en Madrid, cuestión que ha eludido, y se ha limitado a destacar que es un "magnífico gestor".

El propio Feijóo tampoco ha querido hablar del asunto antes y después del desayuno informativo, y ha recordado que mañana hay Consello de Gobierno. Durante su discurso, el presidente de la Xunta ha recalcado que los datos del paro de mayo "alientan de cara al futuro", y también que los empresarios son "uno de los grandes artífices" de "la nueva Galicia" que se está configurando. De la figura de Alvariño ha indicado que es "un compendio entre idealismo y realismo", característica que comparte el mundo empresarial con el de la política, donde los gestores deben ofrecer "esperanza y soluciones" frente a "las encrucijadas" ante las que se encuentran Galicia, España y Europa.