La voz multiuso del Ángel Carro

Marcos Martín es el speaker del Lugo desde hace cuatro años, oficio que aprendió por sí mismo e incluso de los New York Yankees

Marcos Martín, en su cambian del Ángel Carro. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Marcos Martín, en su cambian del Ángel Carro. VICTORIA RODRÍGUEZ

Como un hombre orquestra metido en un cubículo de poco más de dos metros de largo y dos de alto, Marcos Martín se convirtió en un genio para todo. Martín es el hombre fuerte del Ángel Carro durante los partidos. A través su imaginación y su talento para manejar el ambiente del estadio lucense se elevan los ánimos o se bajan a través de su voz, de la música y de las imágenes que salen por unos videomarcadores que le cambiaron los domingos.

Porque a Marcos Martín, informático de vocación, administrativo de profesión y exjugador del Acaluba y actualmente en el Lucus de balonmano, la llegada de los nuevos electrónicos, hace cuatro años, lo convirtió en speaker cada dos semanas.

"Cuando se pusieron los videomarcadores y la megafonía nuevos, se optó por hacer una transición amable con Calles, que en paz descanse, porque se le iba a acumular mucho trabajo. Iba a tener que atender a la música, al videomarcador... Antes era mucho más sencillo, subir y bajar goles y poco más. Como yo soy informático tengo facilidad en estas cosas. No tenía facilidad en hablar ni en alentar a las masas, pero es cuestión de ir empezando y seguir", destacó Marcos Martín.

Este profesional administrativo controla toda la imagen y el sonido del estadio rojiblanco desde una cabina que heredó de Ángel Calles 

Tuvo que aprender sobre la marcha, rápido, sin un maestro que le enseñase y tomando referencias de viajes y otros estadios. "Esto fue totalmente autodidacta. Cuando voy a otros campos me fijo, en lo bueno y en lo malo. Cuando hice las presentaciones me basé mucho en la de los New York Yankees. Fuí a ver el béisbol cuando estuve en Nueva York y me encantó, pero para hacer lo que hago yo allí tienen a cinco o seis tíos", valora Martín.

Porque su trabajo es complejo. Debe atender a mil cosas durante un partido mientras está en el cubículo. "Me consta que lo que hago yo solo aquí en otros lo hacen varias personas. Una persona pone el videomarcador, otra pone solo la música y otro hablar. Yo lo hago todo y creo que lo hago bien. El momento más crítico es el de un gol nuestro, porque creo que tengo que ver quién lo mete y a veces es difícil. Mientras canto el gol, tengo que buscar en la base de datos al jugador para poner la foto en el videomarcador, y también poner el gol en el marcador, que a veces se te olvida".

"Tengo mecanismos de seguridad propios para evitar, que si toco una tecla por error no suene una música. Por ahora nunca sonó nada que no quisiese, ni se me coló música en un minuto de silencio. Espero que no pase nunca, porque me crujen", dijo.

Marcos Martín es la voz del Ángel Carro, cada dos semanas, pero la voz de un estadio que vibra en Segunda División con un espíritu colectivo que disfruta con un ambiente en crecimiento.

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